A muchos de nosotros nos gustaría perder uno o dos kilos. La solución, en teoría, es muy sencilla: consumir menos energía en forma de calorías de la que utilizas. Sin embargo, comer menos y hacer más ejercicio no es tan fácil para muchos a la larga. Además de los complejos factores hormonales, metabólicos y psicológicos, el microbioma intestinal también desempeña una función en el equilibrio de peso. Te explicamos cómo puedes utilizar los probióticos específicamente para perder peso.
Los cambios en la composición de la microbiota intestinal pueden considerarse un factor que contribuye a la aparición de sobrepeso. En consecuencia, un microbioma equilibrado puede ser un paso importante hacia un peso con el que nos sintamos bien. Y los probióticos ayudan a conseguirlo.
Desde principios del siglo XX, se sabe que las personas albergan una gran variedad de bacterias en el tracto digestivo. Desde entonces, las investigaciones no han dejado de aportar nuevos conocimientos sobre esta microbiota. Hoy en día, sabemos que las bacterias intestinales desempeñan diversas funciones importantes:
El desequilibrio del microbioma intestinal puede tener consecuencias para la salud. Hoy en día, se asocian los siguientes factores con la colonización intestinal:
La composición de las bacterias intestinales es única en cada persona y está influenciada por varios factores:
Nuestra dieta habitual no es precisamente “buena para el intestino” Tomamos alimentos procesados con mucho azúcar y grasas poco saludables, además de carne roja. Por otro lado, tomamos pocas frutas y verduras, que aportan mucha fibra, vitaminas, etc. Esta dieta no solo es rica en calorías, sino que también altera el microbioma intestinal. Cada vez, se acumulan más bacterias “hostiles con la silueta” y se desplazan a las “esbeltas”.
La fibra, en particular, es fundamental para mantener un microbioma intestinal sano. Estas fibras no digeribles para las personas son la mejor alimentación para las bacterias de nuestro tracto digestivo. Así que comer verduras tiene doble sentido para perder peso: pocas calorías y comida para un microbioma “esbelto”.
En 2006, en la prestigiosa revista Nature apareció un estudio muy emocionante. Este mostró que la proporción normalmente equilibrada de dos grupos bacterianos diferentes, Firmicutes y Bacteroidetes, está muy alterada en las personas con sobrepeso en comparación con los más delgados. Eso demuestra claramente que el microbioma y el peso corporal están relacionados. Por ejemplo, el microbioma de los pacientes con sobrepeso provocó un enorme exceso de bacterias supuestamente “engordantes” (Firmicutes), mientras que el microbioma de los pacientes de peso normal ofreció suficiente espacio para las bacterias supuestamente “favorecedoras de la figura” (Bacteroidetes).
A lo largo de los años, la investigación sobre el microbioma ha demostrado que la historia no termina aquí, sino que merece la pena examinarla más de cerca: así pues, es probable que la relación entre Firmicutes y Bacteroidetes no sea tan importante como se pensaba en un principio. En su lugar, se debe prestar especial atención a determinadas cepas de estos grupos. Por ejemplo, los estudios demuestran efectos favorecedores al tomar probióticos con Lactobacillus plantarum, Lactobacillus rhamnosus y Lactobacillus gasseri. En general, las personas más esbeltas suelen tener una mayor variedad de microorganismos diferentes en sus intestinos.
Las bacterias de nuestro tubo digestivo producen una serie de sustancias que liberan en el intestino. Tienen un efecto local, pero también entran en el torrente sanguíneo a través de las células intestinales. De esta forma, pueden afectar a las diferentes vías metabólicas de todo el cuerpo. En cuanto al peso corporal, los llamados AGCC, los ácidos grasos de cadena corta, parecen desempeñar un papel especialmente importante. Se trata de moléculas de ácidos grasos relativamente pequeñas, como el butirato, el acetato y el propionato. Sirven como una fuente adicional de energía para el cuerpo y, por lo tanto, suelen ser responsables del aumento de peso. Sin embargo, varios estudios han demostrado que los AGCC pueden regular varios sistemas hormonales del organismo, como la leptina y la ghrelina. Son sustancias mensajeras que controlan la sensación de hambre y saciedad. La investigación sobre el modo exacto en que se produce esta regulación en el organismo aún está en sus inicios. Se esperan estudios muy emocionantes.
Ciertas hormonas formadas por cadenas de aminoácidos (GLP-1 [péptido similar al glucagón 1] y PYY [péptidos YY]) también se ven influidas por la microbiota intestinal. El primero participa en la regulación del metabolismo del azúcar y proporciona una sensación de saciedad rápida. El segundo es también una “hormona de la saciedad” y tiene un efecto supresor del apetito.
Los primeros estudios también relacionan los probióticos con la conversión del tejido adiposo blanco en tejido adiposo marrón. Este tiene muchas más mitocondrias, (centrales energéticas celulares, por así decirlo), que ayudan a quemar el exceso de energía. El aumento del tejido adiposo marrón puede aumentar significativamente la ingesta calórica del cuerpo.
En general, los probióticos también ayudan a mantener y restaurar la barrera intestinal. Esto reduce la liberación incontrolada de sustancias nocivas del tubo digestivo al torrente sanguíneo y al resto del organismo. El resultado es una menor inflamación y también puede influir en el peso corporal. La sensibilidad a la insulina en el cerebro aumenta, lo que contribuye a una saciedad más rápida.
La obesidad tiene consecuencias negativas para la salud: Aumento de los niveles de colesterol, aumento de los niveles de grasa en la sangre, aumento del estrés oxidativo, cambios en los parámetros inflamatorios y un sistema insulínico fuera de control. Algunos estudios también confirman los efectos positivos de los probióticos sobre estos parámetros, aparte de la pérdida de peso. Alcanzar el peso óptimo no es solo cuestión de aspecto, sino también de mejorar la salud y reducir el riesgo de enfermedades.
En particular, las lactobacterias y las bifidobacterias desempeñan un papel importante en la recuperación de un microbioma intestinal “esbelto”. Sobre todo si se combinan, ayudan a conseguir “la figura deseada”. Lo ideal es que un buen probiótico se complete con una cepa de Enterococcus que tenga diversos efectos positivos sobre el microbioma intestinal y la salud. Asegura que las bacterias buenas se sientan cómodas y crezcan bien.
Aquí tienes tres cepas científicamente probadas que te acompañarán en el camino hacia una vida esbelta:
Un estudio de 2023 demostró que la cepa Lactobacillus plantarum IMC 510® tiene efectos positivos sobre el peso corporal, el IMC y el perímetro de la cintura. Para ello, se evaluaron 40 personas con sobrepeso que no tomaban ninguna otra medida para reducir su peso. Las 20 mujeres y los 20 hombres fueron asignados aleatoriamente al grupo de placebo y al grupo de probióticos. A las 12 semanas, el resultado fue el siguiente: Las personas que recibieron el probiótico perdieron una media de 0,7 kg. En el grupo de placebo, los participantes ganaron de media 0,1 kg durante este periodo.
Puede que no parezca mucho a primera vista, pero a largo plazo, la diferencia es muy importante. Además, estos resultados son muy prometedores, ya que los probióticos tardan unas semanas en colonizar el intestino y desarrollar su efecto. De hecho, se recomienda tomarlos durante al menos 2-3 meses para que surtan efecto. Por lo tanto, el periodo de evaluación de este estudio solo es el punto de partida de los efectos previstos. Esperamos con impaciencia estudios de larga duración muy interesantes.
El Lactobacillus gasseri se conoce como el “probiótico adelgazante” y sus efectos están bien documentados en la literatura científica. Los primeros estudios in vivo también muestran que este microorganismo tiene efectos positivos sobre los niveles de colesterol. Es muy probable que aumente la excreción de ácidos biliares, que son la sustancia inicial de la producción de colesterol del cuerpo.
El Lactobacillus rhamnosus es un microorganismo ampliamente estudiado que tiene efectos positivos en el peso corporal. Pero no solo eso: también influye en el estrés oxidativo, la resistencia a la insulina, los parámetros inflamatorios, los niveles de colesterol y los niveles de grasa en la sangre. Un interesante estudio de 12 semanas de duración demuestra que tomar Lactobacillus rhamnosus puede tener efectos sobre el comportamiento alimentario. Los participantes redujeron los atracones y los antojos.
Conclusión: La relación entre el peso corporal y el microbioma intestinal es un hecho. Gracias a los estudios clínicos también sabemos que tomar determinados probióticos tiene un impacto positivo en la figura. Sin embargo, también se debe seguir prestando atención al equilibrio calórico de la dieta y al ejercicio. Los probióticos no son “píldoras milagrosas” que derritan mágicamente enormes cantidades de grasa. Una dieta equilibrada rica en fibra contribuye a alimentar las bacterias intestinales “esbeltas” para que puedan seguir creciendo y proporcionando apoyo a largo plazo. En definitiva, un microbioma intestinal sano es un factor esencial que te ayudará a alcanzar un peso saludable.
Los representantes de los lactobacilos, en particular, pueden influir positivamente en el peso corporal. Especialmente L. gasseri, L. plantarum y L. rhamnosus. La literatura científica sugiere que los probióticos con combinaciones de diferentes especies son los más eficaces. Por ejemplo, lactobacilos y bifidobacterias.
Los compuestos con una combinación de diferentes especies bacterianas son los más adecuados para adelgazar, tal y como se ha demostrado científicamente: por ejemplo, L. gasseri, L. plantarum y L. rhamnosus. Las bifidobacterias y los enterococos completan un buen probiótico
En algunos estudios científicos, se ha demostrado que algunas especies bacterianas pueden influir positivamente en factores como el IMC, la relación cintura-cadera y el contenido de grasa visceral. Por desgracia, no existe ninguna cepa bacteriana que queme mágicamente la grasa del vientre. Un probiótico bien diseñado con cepas de L gasseri, L. plantarum, L. rhamnosus y B. animalis lactis y Enterococcus faecium puede ayudar a programar el metabolismo para “adelgazar” y, de paso, eliminar el exceso de grasa abdominal.
Más literatura sobre este tema
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