Intestino y digestión
En nuestro planeta viven más de 7.500 millones de personas y, sin embargo, todos somos únicos en nuestro ser. En este sentido, la diversidad individual también impera en el intestino. Porque la flora que contiene es única para cada individuo. Pero, ¿qué la hace tan fascinante?
Intestino y digestión
Aproximadamente 100 billones de bacterias actúan diariamente y de forma ininterrumpida en el intestino de una persona sana. Este órgano controla mucho más que la digestión de los alimentos. Nos gusta sentirnos bien de la barriga y se lo agradecemos a nuestro intestino con la alimentación ideal.
Todo empezó en el intestino: Historia y función
Función del intestino delgado: su participación en la digestión
Nuestro sistema digestivo es el sistema de órganos más antiguo del cuerpo en lo que respecta a su desarrollo. Por eso, los humanos hemos evolucionado en torno a nuestra digestión. El papel principal en la actividad digestiva diaria lo desempeña el intestino delgado. Una vez que los jugos gástricos lo dejan todo preparado, aquí es donde los importantísimos micro y macronutrientes de la alimentación entran en nuestro cuerpo.
Para conseguir la mejor superficie de absorción posible, la naturaleza ha tomado precauciones y ha diseñado el intestino delgado con una superficie interior increíblemente extensa. Así, su mucosa consiste en millones de pliegues casi milimétricos (vellosidades intestinales), cuya piel, a su vez, se curva continuamente y forma las llamadas microvellosidades. Esta técnica de plegado proporciona al intestino delgado, que mide entre cuatro y seis metros de largo, una increíble superficie total de casi una pista de tenis (unos 250m2): es decir, espacio suficiente para absorber los nutrientes vitales y transmitirlos al torrente sanguíneo y al sistema linfático.
La función del intestino grueso: ¿qué ocurre en su interior?
El intestino grueso se considera la sede de la flora intestinal (es decir, el microbioma). Aquí es donde miles de millones de bacterias intestinales se ponen a trabajar para convertir en heces los restos no digeridos de los alimentos. Para "economizar" los líquidos del propio organismo, en su paso por el intestino grueso, se extrae continuamente el agua de los restos de comida a fin de canalizarla hacia la sangre. La lubricación que necesitan las heces proviene de las células caliciformes, que se encuentran en la mucosa intestinal y liberan mucosidad. Por último, las heces casi sin nutrientes se transportan hacia la salida, el ano. El "producto final" que sale de nuestro cuerpo sigue estando formado por un 75 % de agua, y el porcentaje sólido restante está constituido por grasas, celulosa, partículas de tejido, y todo tipo de bacterias intestinales (más de la mitad de la materia seca).
PARA AYUDAR A LA MUCOSA INTESTINAL
Mucosa Formula® (Fórmula Mucosa) de Biogena contiene una composición perfectamente adaptada del aminoácido Lglutamina, extractos vegetales especiales y micronutrientes relevantes y puede, así, ayudar a la mucosas intestinal a cumplir sus necesidades.
Para ayudar al funcionamiento de la mucosa y la división celular, como contribución nutricional para el sistema inmunitario y para ayudar a los mecanismos de protección antioxidativa.
En resumen: ¿Qué longitud tiene el intestino?
Todos llevamos en el abdomen el resultado de una tecnología de plegado realmente maravillosa: con una longitud de entre cuatro y seis metros y una superficie de nada menos que 250 m2 (el tamaño de una pista de tenis), las cifras de nuestro intestino son realmente impresionantes.
El cerebro abdominal: ¡una cabeza inteligente!
Antes de que la naturaleza decidiera crear el cerebro como centro de control para seres vivos más complejos, el primer cuerpo de células nerviosas fue el sistema digestivo. Estaba provisto de músculos, mucosas y células inmunitarias. Con el desarrollo adicional de esta entidad original, el cerebro abdominal actual comprende alrededor de 100-200 millones de células nerviosas que atraviesan las capas musculares de la pared intestinal. En comparación, un perro, que es un animal muy inteligente, solo tiene unos 160 millones de células nerviosas en la corteza cerebral. Como ves, nuestra barriga es muy inteligente. No necesita al cerebro para realizar su tarea principal, la digestión, y toma el control inmediatamente después de la deglución. Sin embargo, estas dos mentes brillantes no pueden prescindir la una de la otra y están en constante intercambio.
Descubre más sobre la relación entre el intestino y el cerebro, y cómo el estrés afecta al intestino y a la flora intestinal en nuestra entrada del blog "El eje intestino-cerebro".
El fabuloso mundo de la flora intestinal...
En el intestino delgado sólo se encuentran unas pocas bacterias, mientras que el intestino grueso alberga un gran número de bacterias: La flora intestinal (o microbioma), que pesa entre uno y dos kilos, está formada por al menos entre 500 y 1.000 especies de bacterias, es decir, unos 100.000 millones de gérmenes diferentes.
Los diminutos habitantes de la mucosa intestinal tienen una gran variedad de tareas: Digieren la fibra y producen sustancias que suministran energía a la capa superior de la mucosa intestinal. Forman un escudo protector contra los gérmenes malos e impiden que entren en el organismo. La flora intestinal también interactúa con el sistema inmunitario intestinal. Entrena las células inmunitarias y estimula la formación de sustancias de defensa que benefician no sólo al intestino, sino también a otras zonas, como las mucosas de la nariz. Así, el intestino es una parte importante de la red inmunológica: el intestino delgado y el grueso albergan el 70% de las células inmunitarias y casi el 80% de las reacciones de defensa.
Pero la diversidad de nuestras bacterias intestinales está en peligro. Los pueblos primitivos, por ejemplo en la región del Amazonas, tienen numerosas bacterias intestinales diferentes. En cambio, los habitantes de los países civilizados ya han perdido el cuarenta por ciento de la riqueza de especies de la flora intestinal debido a su dieta y estilo de vida. Por ello, es aún más importante prestar especial atención al intestino y a sus habitantes.
Omni Lactis® 20 Gold
Hay mucho que hacer en nuestros intestinos: La flora intestinal, también llamada microbioma, la coloniza. Aunque sólo hay unas pocas bacterias en el intestino delgado, el intestino grueso está cubierto con un césped bacteriano denso. Biogena Omni Lactis® 20 Gold es una preparación multi-capas líder en el segmento de productos de calidad para bacterias lácticas.
Si a tu intestino le va bien, a ti también. ¿Qué podemos hacer exactamente para asegurar el bienestar del intestino y sus bacterias?
Todo empieza en el intestino: no solo en lo que respecta al desarrollo biológico, sino también a nuestro bienestar y nuestra salud. Esto es lo que más le gusta al intestino:
Una dieta con los nutrientes adecuados y con alimentos que le sienten bien
Movimiento
Una dieta con los nutrientes adecuados y con alimentos que le sienten bien
Para sentarle bien al intestino, una dieta debe incluir alimentos variados, sin procesar, orgánicos, de proximidad y vegetales.
El ejercicio mantiene el intestino en forma
Las personas que hacen ejercicio regularmente también mantienen sus intestinos en forma. Está mejor abastecido de sangre y el alimento se transporta más rápidamente. Esto es importante porque si los alimentos tardan demasiado en pasar por el intestino, las sustancias nocivas también pueden permanecer más tiempo. El ejercicio regular (al menos 30 minutos al día) hace que los intestinos alcancen su máximo rendimiento. El ejercicio de alta intensidad activa el sistema nervioso simpático, que es el responsable de aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca y también inhibe la digestión. Con el deporte moderado, el sistema nervioso parasimpático se activa, mejorando así el flujo sanguíneo a los intestinos, así como la actividad motora intestinal.
Varios estudios demuestran los efectos positivos de la actividad deportiva en nuestra flora intestinal. Por un lado, aumenta la variedad de microorganismos en el intestino y, por otro, la gama de productos metabólicos microbianos, como el butirato. Por lo tanto, el peso normal y el ejercicio regular son requisitos importantes para un intestino en forma.
¿Quieres saber más? En el siguiente artículo encontrarás consejos y un manual para cuidar activamente tu intestino: