El envase ecológico de BIOGENA
Nuestra lata ecológica es un envase innovador fabricado a partir de residuos vegetales procedentes del procesamiento de la caña de azúcar.

Porque un envase sostenible es mucho más que solo “reciclable”
El envase ecológico es un embalaje innovador fabricado a base de plantas. Más concretamente: se trata de un plástico de origen biológico obtenido a partir de residuos del procesamiento de la caña de azúcar. Estos residuos – como el tercio superior e inferior de la planta, así como el llamado “pastazo” – se generan en grandes cantidades y no son aptos para la producción de alimentos. En lugar de desaprovecharlos, los utilizamos como materia prima para nuestro envase sostenible.
¿Por qué es esto mejor para el medio ambiente?
Porque la caña de azúcar utilizada absorbe grandes cantidades de CO₂ de la atmósfera durante su crecimiento. Esta ventaja se mantiene: ya que el bioplástico resultante almacena más CO₂ del que se libera durante su fabricación. El resultado: un balance de CO₂ negativo de hasta –2,12 kg de CO₂ por kilogramo de material.

Cada envase cuenta. Literalmente.
- 274 toneladas de CO₂ ahorradas por año
- Eso equivale a unos 1,9 millones de kilómetros recorridos en coche
- Equivale a unas 47 vueltas al mundo en coche
- O un bosque del tamaño de 30 campos de fútbol tendría que crecer durante un año para absorber la misma cantidad de CO₂
¿Parece plástico convencional? ¡Pero no lo es!
El envase puede parecer de plástico convencional, pero gracias al cambio a la variante ecológica, en BIOGENA ahorramos más de 274 toneladas de CO₂ al año. Esto equivale aproximadamente a las emisiones de CO₂ de unos 1,9 millones de kilómetros recorridos en coche.
Nuestro envase es:


El camino desde la caña de azúcar hasta el envase ecológico
¿Por qué hemos cambiado el diseño de nuestra lata?
El nuevo diseño de nuestra lata es el resultado de numerosos comentarios de nuestros clientes y de nuestro compromiso por ofrecer productos que no solo sean sostenibles, sino también más prácticos para el día a día.
- El nuevo tapón de rosca garantiza una apertura optimizada y un manejo agradable.
- Con el nuevo diseño evitamos el daño del tapón, que se producía ocasionalmente en los formatos anteriores.
- Una tapa ranurada facilita aún más la apertura y el cierre de la lata, incluso con las manos húmedas o fuera de casa.


Preguntas frecuentes sobre nuestro envase ecológico
Hemos optado conscientemente por no utilizar plástico convencional – y en su lugar elegimos un bioplástico especial obtenido de residuos de caña de azúcar. Este plástico de origen biológico ahorra más de 5 kg de CO₂ por kg de material y es 100 % reciclable. Así, podemos proteger nuestros productos de forma óptima – y al mismo tiempo hacer una contribución positiva al clima.
Nuestros envases a veces parecen más grandes de lo que sugiere la cantidad de contenido. Pero hay una buena razón:
Todo nuestro proceso de producción está ajustado a tres formatos de envase estandarizados. Esto nos permite llenar de forma especialmente eficiente, con ahorro de recursos e higiene.
Las ventajas:
- menos ajustes en las máquinas → ahorro de energía
- menos material de embalaje → reducción de residuos
- almacenamiento y envío sin problemas
- máxima protección para cápsulas sensibles
En resumen: el envase un poco más grande asegura más eficiencia, calidad y sostenibilidad detrás de escena – aunque por fuera parezca un poco más espacioso.
Lo que a primera vista parece sostenible, no siempre lo es. Para comparar envases de forma justa, hay que considerar todo su ciclo de vida – desde la fabricación hasta el transporte y la eliminación. Esto es lo que hacen los llamados análisis de ciclo de vida. Nuestros análisis muestran: para envases de un solo uso, nuestro envase ecológico hecho de plástico biobasado es la mejor solución, ya que pesa poco, ahorra CO₂ y es reciclable.
Un sistema de recarga suena bien – pero solo funciona si muchas personas reutilizan el envase varias veces. Actualmente, ese no es el caso entre nuestras clientas y clientes. Además, la devolución, almacenamiento, limpieza y control de etiquetas sería muy laborioso – lo que generaría emisiones adicionales de CO₂.
Tampoco consideramos utilizar envases de papel para recargas, ya que no ofrecen suficiente protección para nuestros micronutrientes de alta calidad.