Las bacterias suelen asociarse a enfermedades. Los probióticos son microorganismos vivos especiales con un efecto beneficioso para nuestra salud si se ingieren. ¿Cuándo tiene sentido tomar probióticos? ¿Qué hay que tener en cuenta al tomarlos? Sigue leyendo para obtener toda la información que necesitas.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se introducen en el intestino en cantidades suficientes, pueden tener un efecto positivo en nuestra salud. La Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics, ISAPP) también estableció otros criterios para los probióticos:
- Deben ser capaces de germinar y proliferar (medidos en UFC [unidad formadora de colonias]).
- La cepa debe definirse con precisión (sistemática).
- Para la cepa, hay que documentar las propiedades relevantes para la salud del grupo destinatario.
- Se debe demostrar la seguridad de la cepa.
Los microorganismos más utilizados como probióticos son las bacterias del ácido láctico, pero también pueden utilizarse levaduras y otras especies para este fin.
Diferencia entre los probióticos y los prebióticos
Además de los probióticos, los llamados prebióticos también favorecen la composición de la flora intestinal y, por tanto, la salud del intestino. A diferencia de los probióticos, no son microorganismos, sino compuestos vitales no digeribles (en su mayoría, carbohidratos, por ejemplo, fibras como la inulina o la oligofructosa), que constituyen una base dietética selectiva para las bacterias intestinales beneficiosas que favorece su crecimiento y actividad. Muchas verduras contienen prebióticos de origen natural, entre otras:
- Achicoria
- Alcachofa
- Salsifí
- Alcachofa de Jerusalén
- Alcachofa
¿Qué es un simbiótico?
Un simbiótico es una combinación de probióticos y prebióticos. Ambos sustratos actúan de forma coordinada para lograr el efecto más eficaz posible a la hora de promover la salud intestinal.
Efecto de los probióticos
Hace más de 100 años, el médico ruso y ganador del premio Nobel Iliá Ilich Méchnikov (1845-1916) reconoció el efecto beneficioso de los probióticos en forma de productos lácteos acidificados.
Sin embargo, para que estos microbios saludables desarrollen sus efectos positivos, deben llegar al intestino, su lugar de acción, de forma activa y en cantidades adecuadas. Desde allí, pueden empezar a fortalecer nuestra vitalidad. Sus efectos beneficiosos para la salud incluyen, por ejemplo, la recuperación del equilibrio intestinal mediante el fortalecimiento de los organismos intestinales positivos y el desplazamiento de los “malos”.
Los probióticos no solo dificultan la vida de los patógenos a nivel local. Como compañeros de entrenamiento de nuestras células de defensa, todo el sistema inmunitario se beneficia de ellos. Además, los probióticos excretan metabolitos especiales que favorecen la actividad intestinal, la digestión y la absorción de nutrientes, además de mejorar nuestra barrera intestinal. Ahora conocemos todos sus efectos y mucho más (véase también: Ámbitos de aplicación): ¡todo depende de la cepa adecuada!
En las últimas décadas, se ha invertido mucha energía en la investigación en probióticos. Los científicos han descubierto las diferencias de funcionamiento específicas de estos microbios. Donde una cepa probiótica tiene su caballo de batalla, otras no tienen ningún efecto y viceversa. Por lo tanto, los probióticos no son sustancias mágicas que cubren por igual todas las indicaciones científicamente documentadas. La elección de las cepas probióticas adecuadas es, en realidad, una ciencia en sí misma.
¿Cuándo actúan los probióticos?
Por lo general, los beneficios de un probiótico suelen tardan entre 4 y 12 semanas en manifestarse. La duración real depende de varios factores. Por ejemplo:
- El estado de la flora intestinal: ¿existe una colonización defectuosa de gérmenes no deseados? ¿La microbiota intestinal se ha visto afectada por un tratamiento con antibióticos?
- Las expectativas: ¿qué se espera lograr al tomarlos?
- La composición del preparado: ¿cuál es la dosis del preparado? ¿Sobreviven las cepas el paso por el estómago en cantidades adecuadas? ¿Hay varias cepas y los cultivos bacterianos seleccionados son adecuados para el objetivo de la ingesta?
- Toma del preparado: ¿se toma en ayunas como está recomendado? ¿Se toma con regularidad? ¿La ingesta se complementa con alimentos saludables, ejercicio y menos estrés o hay que mejorar el estilo de vida y la dieta (p. ej., alcohol habitual, mucha azúcar, estrés)?
Si se desea asesoramiento personalizado, se debe contactar con un profesional sanitario con experiencia.
Probióticos para la rehabilitación y la regeneración intestinal
Los términos “rehabilitación intestinal” y “regeneración intestinal” son palabras de moda que las personas interesadas en la salud ven una y otra vez en distintos medios. En muchos casos, esto despierta el deseo de devolverle la armonía al intestino, el órgano más involucrado en nuestro bienestar.
Aunque los médicos y terapeutas emplean procedimientos diferentes según su experiencia y su formación, los probióticos con una alta concentración de bacterias saludables son fundamentales para la rehabilitación y la regeneración intestinal.
Probióticos naturales: alimentos probióticos
Además de los probióticos que contienen cepas cultivadas específicamente, los alimentos fermentados o que fermentan durante su producción (es decir, que se conservan mediante fermentación con ácido láctico) también aportan microorganismos probióticos.
Entre los alimentos probióticos se incluyen:
- Yogur natural bio
- Suero de leche natural
- Cuajada
- Kéfir
- Skyr
- Queso con leche cruda: cuanto más curado, más probióticos contiene
- Verdura encurtida, como el chucrut o los pepinillos en vinagre
- Tempe (soja fermentada)
- Miso (pasta de habas de soja fermentadas con especias)
- Vinagre de manzana sin filtrar ni pasteurizar
- Kombucha
Suplementos probióticos: ¿tienen sentido?
Los complementos alimenticios probióticos contienen cepas bacterianas altamente concentradas y claramente definidas que pueden tener un efecto positivo especial en nuestra salud. Si deseas obtener un beneficio concreto (p. ej., fortalecer el intestino o reforzar el sistema inmunitario) tomando probióticos, debes consultar a un experto. Los probióticos son una ciencia en sí mismos y no todas las cepas ofrecen todos los beneficios documentados de los probióticos, por lo que lo ideal son los preparados multicepa que incluyan varias cepas científicamente documentadas.
¿Qué probióticos tomar?
Existen muchos probióticos en el mercado. Sin embargo, en términos de calidad, hay que separar el trigo de la paja. El probiótico ideal debe estar muy concentrado y tener una variedad de cepas capaces de multiplicarse. Como dice el dicho, “cuanto más, mejor”. Las cepas bacterianas de estos preparados multicepa refuerzan sus efectos mutuamente. Además, para ofrecer un efecto óptimo, los fabricantes prémium utilizan cepas cuyos beneficios estén respaldados por estudios científicos.
Tomar probióticos
¿Cómo tomar probióticos?
Para que los probióticos lleguen al intestino en la mayor cantidad posible, se recomienda tomarlos por la mañana con el estómago vacío (aprox. 30 minutos antes de desayunar) o, al menos, 2 horas después de la última comida y 30 minutos antes de la siguiente. Tomarlos en ayunas con abundante líquido (a ser posible, agua del tiempo) acelera el paso por el estómago, reduce el tiempo de contacto con los ácidos gástricos y, por tanto, aumenta la supervivencia de los microorganismos probióticos. Si se están tomando antibióticos al mismo tiempo, se recomienda un intervalo de tiempo de 2 a 3 horas entre el antibiótico y el probiótico.
Hora del día: ¿cuándo tomar probióticos?
Lo ideal es tomar los probióticos por la mañana con el estómago vacío. Los preparados prémium de alta dosis también puede tomarse durante el día, unas 2 horas después de la última comida y 30 minutos antes de la siguiente.
¿Cuántos probióticos al día?
Cada persona es única, así que la cantidad ideal de probióticos también varía. Las personas que no deseen buscar asesoramiento individual deben seguir las recomendaciones del fabricante, ya que, en el caso de los fabricantes de calidad como BIOGENA, se basan en la ciencia más avanzada.
¿Se pueden tomar probióticos de forma permanente?
Sí, los probióticos pueden tomarse como suplemento alimenticio de forma permanente. También es posible tomarlos de forma curativa, por ejemplo, con el objetivo de mejorar la flora intestinal después de tomar antibióticos.
¿Se pueden tomar demasiados probióticos?
Más no siempre es automáticamente mejor. Lo más importante es tomar el preparado con regularidad y elegir un probiótico de alta calidad. Es mejor seguir las recomendaciones de consumo del fabricante o el profesional sanitario.
Empeoramiento inicial con probióticos
En raras ocasiones, los probióticos y/o prebióticos pueden provocar un “empeoramiento inicial” (p. ej., problemas digestivos o empeoramiento de la piel); esto ocurre normalmente si el intestino y la flora intestinal estaban en muy mal estado antes de comenzar el uso. Sin embargo, no suele durar más que unos días. Los usuarios que sufran este efecto pueden intentar reducir la dosis (p. ej., empezar con una cápsula en lugar de dos).
Probióticos y antibióticos
Sin duda, los antibióticos desempeñan un papel fundamental en el tratamiento de las infecciones. Sin embargo, su uso puede provocar cambios graves y secuelas en la flora intestinal; lógicamente, el antibiótico no puede distinguir entre bacterias buenas y malas. Para acabar con este problema desde el principio, el uso simultáneo de probióticos y antibióticos debería ser obligatorio para administrarle al intestino bacterias intestinales beneficiosas. La dosis correcta de probióticos estabiliza la flora intestinal y la hace más resistente a las especies de gérmenes no deseadas. Los estudios han demostrado la eficacia de los probióticos en la prevención y el tratamiento de las diarreas relacionadas con los antibióticos.
¿Después de los antibióticos o al mismo tiempo?
Los probióticos pueden e, incluso, deben tomarse durante el tratamiento antibiótico para prevenir el debilitamiento de la flora intestinal. Debe dejarse un intervalo de 2-3 horas entre la administración del fármaco y de los probióticos, ya que de lo contrario el antibiótico también eliminaría los probióticos.
Probióticos y alcohol
Aunque el consumo ocasional de alcohol no suele ser un problema, el consumo excesivo puede dañar el intestino y su flora, y hacer que la barrera intestinal sea permeable. Sin embargo, tomar probióticos de forma selectiva puede ayudar a devolverle la flora al intestino.
Aplicaciones de los probióticos
Probióticos para la diarrea y el estreñimiento
Una digestión saludable es fundamental para nuestro bienestar. El uso selectivo de probióticos no solo puede mejorar el equilibrio natural de la flora intestinal, sino que también puede influir positivamente en nuestra actividad intestinal. Por ejemplo, hay cepas que pueden reducir la duración de las infecciones por diarrea, mientras que otras son útiles para prevenir las diarreas provocadas por los antibióticos. Sin embargo, también existen ayudas para el problema opuesto, el estreñimiento. Existen cultivos especiales que estimulan la actividad intestinal (p. ej., Lactobacillus acidophilus, L. plantarum, L. rhamosus).
Probióticos para el colon irritable
Hinchazón, diarrea, estreñimiento: el síndrome del colon irritable tiene muchas caras. Además de molestias digestivas desagradables, también puede causar dolor abdominal, alteraciones de la flora intestinal, un aumento de la susceptibilidad a las infecciones intestinales y mayor permeabilidad de la pared intestinal. En la actualidad, los estudios muestran que algunas cepas bacterianas especiales (p. ej., Bifidobacterium breve, B. longum, B. lactis, L. rhamosus, L. paracasei, Streptococcus thermophilus) pueden aliviar las molestias del colon irritable. La Sociedad Alemana de Gastroenterología y Enfermedades Digestivas y Metabólicas (DGVS, por sus siglas en alemán) ya ha incluido el uso de probióticos en sus directrices terapéuticas.
Probióticos para el síndrome del intestino permeable
Si la barrera intestinal natural está alterada (= intestino permeable), no solo pueden producirse problemas locales, sino que esto también puede tener un impacto generalizado en todo el organismo (p. ej., inflamación). Por eso es tan importante devolverle el equilibrio a los intestinos y su barrera. Los probióticos, como Bifidobacterium longum, Lactobacillus acidophilus o L. helveticus, no solo fortalecen la “fábrica” de bacterias sanas en el intestino, sino que también producen sustancias que ayudan a que nuestra mucosa intestinal se regenere.
Probióticos para el estómago
Nuestro tracto intestinal al completo puede beneficiarse de cepas de probióticos especiales. Un caso especial es cuando la bacteria Helicobacter pylori está presente en el estómago, lo que puede provocar inflamación de la mucosa gástrica y aumentar el riesgo de úlceras del estómago o del intestino delgado. PylopassTM es una cepa de Lactobacillus reuteri especialmente inactivada que tiene la capacidad de unirse al Helicobacter pylori y expulsarlo a través del tracto digestivo.
Probióticos para el mal aliento
Al igual que el intestino, la boca también está poblada por una comunidad de microorganismos de lo más variada. Sin embargo, no todos tenemos una flora bucal saludable. Por ejemplo, al descomponer sustancias orgánicas las bacterias que viven en las cavidades de la lengua pueden producir compuestos malolientes con olor a azufre que se manifiestan a través del aliento.
Además, el cuidado de la flora bucal favorece la flora intestinal y viceversa, ya que los intestinos y la boca intercambian constantemente incluso microbios.
En la actualidad, cada vez más estudios sugieren que tomar determinadas cepas bacterianas con regularidad puede ayudar a aliviar el mal aliento. Por ejemplo, una revisión demostró que determinados cultivos probióticos, como Lactobacillus salivarius, L. reuteri, Streptococcus salivarius y Weissella cibaria, pueden reducir realmente la formación de mal aliento al disminuir la concentración de compuestos de azufre “malolientes”, al menos durante un breve periodo de tiempo.
Probióticos para perder peso: ¿qué bacterias intestinales son responsables?
El hecho de que el estilo de vida, la nutrición y la genética influyen en el peso no es nada nuevo. Sin embargo, ahora se sabe que la composición de la flora intestinal también lo hace. Por ejemplo, un exceso de las llamadas Firmicutes (“bacterias que engordan”) con respecto a las Bacteroidetes (“bacterias que adelgazan”) nos ayuda a utilizan mejor los alimentos. Las primeras ayudan a descomponer los carbohidratos complejos de forma más eficaz, lo que permite que se absorban más calorías a través de la mucosa intestinal.
No obstante, además de la composición, existen otras características en las que la flora intestinal “que engorda” es diferente de la “que adelgaza”. Por ejemplo, las personas con problemas de peso suelen tener una menor biodiversidad que las delgadas. A veces, los científicos achacan esta “desaparición de especies” en el tracto intestinal a la dieta moderna, baja en fibra y rica en grasas.
Por lo tanto, es muy importante estimular el crecimiento de bacterias favorables. Una dieta basada en plantas con fibra no digerible (= prebióticos) y la suplementación de probióticos con varias cepas adecuadas (p. ej, Lactobacillus gasseri, L. curvatum, L. casei, L. plantarum, L. rhamnosus, Bifidobacterium longum, B. adolescentis) es un paso en la dirección correcta.
Probióticos y piel
Si el intestino no funciona bien, la piel también se resiente. Hay estudios que demuestran que las personas con problemas cutáneos suelen tener la flora intestinal y la barrera intestinal alteradas (p. ej., muy pocos lactobacilos y bifidobacterias), problemas que pueden aumentar bajo estrés.
Además del estrés, fármacos como los antibióticos o los laxantes y una dieta poco saludable y pobre en nutrientes pueden poner en peligro la biodiversidad de la flora intestinal, lo que afecta al cóctel de sustancias microbianas, el uso de los alimentos y la desintoxicación de la flora intestinal, que se manifiestan en nuestra piel a través de las redes descritas anteriormente.
Por lo tanto, si tienes problemas de piel, no solo debes cuidar de ella, sino también del centro de tu cuerpo con un preparado multicepa y una dieta prebiótica.
Probióticos para intolerancia a la histamina, la intolerancia a la fructosa y alergias
Los probióticos no solo pueden ayudar a aliviar los síntomas de la alergia, sino que también pueden aliviar las intolerancias alimentarias al ayudar al intestino irritado por la intolerancia y a su flora intestinal a recuperarse.
En caso de intolerancia a la histamina, algunas cepas tienen incluso el poder de reducir los niveles de esta sustancia. Esto incluye cepas como Bifidobacterium longum, B. lactis, B. bifidum o B. infantis. Otros cultivos bacterianos son objeto de controvertidos debates, ya que pueden inhibir la degradación de la histamina. La intolerancia a la histamina debe considerarse siempre de forma individual, ya que los preparados multicepa son tolerados de forma distinta por los intolerantes a la histamina. Por lo tanto, la tolerabilidad debe analizarse de forma individual.
El efecto regulador sobre el microbioma es un paso esencial para reducir a largo plazo las bacterias productoras de histamina y ayudar así a reducir los síntomas de su intolerancia.
Probióticos y estado de ánimo
En la actualidad, muchos investigadores coinciden en que nuestras vidas (nuestras emociones, pensamientos y salud) están más influenciadas por el intestino de lo que suponíamos anteriormente.
Si nuestro intestino está bien, el eje intestino-cerebro envía información positiva al cerebro y hace que se sienta bien. Según los estudios, influir en la flora intestinal podría ser beneficioso incluso para tratar síntomas psiquiátricos. Por ejemplo, un estudio realizado en humanos en 2022 demostró que los probióticos pueden favorecer el efecto de los antidepresivos a través del eje intestino-cerebro, ayudando así a reducir la depresión. Los investigadores afirman que es probable que este tipo de actividad incluya, entre otros, metabolitos microbianos que actúan sobre el sistema nervioso.
Probióticos y energía
El intestino es la raíz de la salud. No solo garantiza el suministro de energía y micronutrientes vitales a través de la función digestiva, sino que también afecta a muchos de los procesos de todo nuestro organismo.
Por eso, cuidar de este órgano clave con una dieta de origen vegetal, suficientes alimentos prebióticos y bacterias intestinales activas es fundamental para nuestra vitalidad y bienestar. De este modo, se pueden compensar las influencias negativas de una dieta inadecuada y del estrés.
Probióticos para el sistema inmunitario, la flora vaginal y la vejiga
La flora intestinal mantiene en un intercambio activo con nuestro sistema inmunitario. Una flora y una mucosa intestinales intactas no solo repelen los patógenos y las sustancias nocivas, sino que también sirven de “campo de entrenamiento” para todo nuestro sistema inmunitario. Durante este proceso, nuestras células inmunitarias adquieren una valiosa experiencia en el “campo de batalla” y también aprenden, especialmente durante el primer año de vida, a distinguir entre amigos (antígenos propios del organismo o inofensivos) y enemigos.
Las buenas bacterias no solo mantienen nuestros intestinos en forma, sino que también pueden reforzar nuestro sistema inmunitario. Los estudios demuestran que tomar determinados probióticos (p. ej., Lactobacillus plantarum, L. paracasei) puede reducir la frecuencia de los resfriados y el número de días de baja por enfermedad. Además, determinados probióticos pueden reducir el riesgo de infecciones vaginales y de orina fúngicas y bacterianas (p. ej., L. rhamnosus y L. fermentum).
Probióticos para niños y bebés
Desde de la infancia, el intestino desempeña un papel clave en la salud y el bienestar. Sin embargo, la higiene excesiva, el estrés, los antibióticos, etc., pueden hacer que el órgano del bienestar se desequilibre incluso en los más pequeños.
Esto hace que mantener los intestinos y a sus habitantes sanos desde la infancia sea tan importante. Mientras que los alimentos prebióticos (p. ej., semillas de lino, psyllium, achicoria, manzanas, cítricos) ayudan a crear una flora intestinal sana, el uso específico de probióticos especiales para niños puede reforzar la flora intestinal en caso necesario (p. ej., tratamiento antibiótico, problemas digestivos).
Probióticos durante el embarazo y la lactancia
Las futuras mamás suelen estar inmensamente felices. Sin embargo, los cambios físicos y hormonales asociados pueden causar síntomas desagradables, como hinchazón o estreñimiento. Una dieta basada en plantas, el ejercicio regular, la ingesta de abundante líquido y el sueño pueden tener un efecto beneficioso en la digestión, pero los preparados multicepa también pueden ser muy beneficiosos para el estómago materno. Su uso promueve el equilibrio intestinal materno y la colonización con microorganismos beneficiosos, una medida que, en última instancia, beneficia al bebé (sobre todo en caso de parto vaginal).
Incluso durante la lactancia materna, el microbioma de la madre está estrechamente relacionado con el del niño. Por ejemplo, la leche materna no solo contiene un gran número de nutrientes específicos que permiten el crecimiento de microorganismos deseables (en particular, bifidobacterias), sino que también contiene cientos de especies bacterianas (en particular, lactobacterias) que se transfieren desde el tracto digestivo a las glándulas mamarias. Esto convierte la leche materna en un auténtico elixir de vida para el lactante, ya que promueve su flora intestinal, la maduración del sistema inmunitario y la conservación de su salud.
Probióticos y pastillas
Las mujeres que utilizan la píldora anticonceptiva también pueden utilizar probióticos.
Probióticos y menopausia
El uso específico de probióticos puede aliviar problemas digestivos como la hinchazón, el dolor abdominal y las deposiciones irregulares, que se producen con más frecuencia en la menopausia.
Además, la ciencia ha demostrado en los últimos años que existe una interacción mutua entre la hormona femenina estrógeno y nuestra flora intestinal (= el eje estrogénico-microbioma). Una flora intestinal alterada puede afectar a los niveles de estrógenos circulantes, que a su vez afectan a la libido, el peso, el estado de ánimo, la endometriosis o al síndrome de ovario poliquístico.
Probióticos para viajar
Viajar a tierras lejanas, descubrir culturas extranjeras y desconectar: lo que empieza como unas vacaciones de ensueño puede verse afectado rápidamente por desagradables molestias digestivas. Se estima que entre el 35 y el 50 % de los viajeros de larga distancia sufren la venganza de Moctezuma. El viaje se convierte en cualquier cosa menos en una aventura para los afectados. La diarrea del viajero es una reacción del aparato digestivo a la comida, el estrés de viajar o los patógenos de los alimentos y el agua potable. Por lo tanto, la regla de oro que se aplica de forma preventiva para viajar a regiones meridionales es “cocínalo, pélalo u olvídalo”. Además, la flora intestinal debe reforzarse con valiosas bacterias intestinales antes de viajar y también se beneficia de su administración continua durante el viaje.
Conclusión: los probióticos son microorganismos vivos que llegan al intestino en cantidades suficientes para cuidar no solo de nuestros intestinos y nuestra flora intestinal, sino de todo nuestro organismo. Cada vez más estudios respaldan el poder de estos microbios, así que ¿por qué no utilizarlos en beneficio propio? Al menos, si tiene problemas digestivos o está tomando antibióticos, un tratamiento con probióticos debería formar parte de tu plan de autocuidado.
Preguntas frecuentes sobre los probióticos
Más información sobre este tema:
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