La Vida

Síndrome del intestino irritable - cuando el intestino se vuelve rebelde

de Mag. Margit Weichselbraun
el 12.06.2023
Síndrome del intestino irritable - cuando el intestino se vuelve rebelde
Hinchazón, diarrea, estreñimiento: el intestino irritable se manifiesta de muchas formas. Y todas ellas nos impiden vivir con ligereza. Durante una comida con amigos, una salida en familia o una tarde de compras puede aparecer una sensación de malestar intestinal y hacernos pasar un rato no muy agradable. Ahora, las buenas noticias: cuanto más sepas sobre el intestino irritable y el síndrome que lleva su nombre, mejor podrás manejarlo. Con esto en mente, hoy arrojamos luz sobre las cuestiones más importantes en relación con el problema del intestino irritable.

¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

El término “síndrome del intestino irritable”, también conocido como “síndrome del colon irritable”, se utiliza para describir varios problemas digestivos en los que, a pesar de un examen médico exhaustivo, no se pueden encontrar causas orgánicas o bioquímicas. Hasta que finalmente se diagnostica el intestino irritable, la mayoría de los enfermos ya han recorrido un camino largo y tortuoso. Y, sin embargo, es una dolencia muy común. Se estima que, en los países desarrollados, aproximadamente una de cada cinco personas tiene un órgano sensible y rebelde en la barriga. Las mujeres lo sufren aproximadamente el doble que los hombres. No es una enfermedad peligrosa, pero sí estresante y, sobre todo, merma el bienestar y la calidad de vida de quienes la padecen.

¿Qué molestias y síntomas produce el intestino irritable? 

Un intestino sensible y rebelde puede ser muy molesto, sobre todo cuando algo no le sienta bien. Con frecuencia, un dolor espasmódico o punzante recorre la cavidad abdominal y se notan molestias desagradables al evacuar. Por ejemplo, las personas con intestino irritable reportan diarrea que puede alternarse con estreñimiento, evacuación dolorosa, sensación de “necesidad” constante o de no haber vaciado completamente el intestino. Otros síntomas incluyen sensación de pesadez, eructos, flatulencias o hinchazón.

¿Cuáles son los efectos secundarios del intestino irritable?

La rebelión del intestino no solo se limita a la cavidad abdominal, sino que también puede tener consecuencias más trascendentales. Por ejemplo, las personas con enfermedad intestinal irritable refieren dificultades de concentración, nerviosismo, depresión, fatiga, problemas circulatorios o trastornos del sueño.

¿Qué tipos de intestino irritable hay?

El intestino irritable se manifiesta de muchas formas. Según el cuadro de síntomas, se pueden distinguir cuatro tipos:

Tipo I: el que causa diarrea

Provoca diarrea al menos tres veces al día. La consistencia de las heces es entre blanda y líquida.

Tipo II: el que causa estreñimiento

Se caracteriza por un máximo de tres evacuaciones intestinales por semana. La consistencia de las heces es dura.

Tipo III: el de tipo mixto con consistencia variable de las heces

Alterna diarrea y estreñimiento, incluso durante un mismo día.

Tipo IV: el que causa hinchazón

No afecta necesariamente a la consistencia de las heces, pero provoca una distensión abdominal severa y calambres abdominales.

¿Cuáles son las causas del intestino irritable?

Al principio, cuando la investigación sobre el síndrome del intestino irritable no estaba muy avanzada, se sugirió que un intestino “nervioso” probablemente estaba condicionado por la psique, ya que el estrés y la ansiedad tenían un impacto notable en la digestión de muchos afectados. Sin embargo, en los últimos años se han realizado muchos hallazgos y, aunque todavía hay mucho desconocimiento, se considera que son varias las causas que influyen en el desarrollo de la enfermedad y que, además, pueden solaparse e influir entre sí. Entre los factores que influyen en el intestino irritable podemos mencionar los siguientes:

Trastornos del movimiento intestinal

Demasiado rápido, demasiado lento, demasiado tenso. En muchos pacientes con intestino irritable, se pueden observar movimientos alterados de los músculos intestinales (p. ej., debido a fallos en el eje intestino-cerebro o el cerebro abdominal).

Una mucosa intestinal “con fugas” (intestino permeable)

Si se altera la barrera natural de los intestinos, además de problemas locales, también pueden surgir perturbaciones de largo alcance en todo el organismo. Esto hace que sea aún más importante alinear los intestinos con sus barreras.

Trastornos de la actividad inmune

Una nueva investigación muestra que la inflamación crónica leve en la pared intestinal (con una acumulación y sobreactividad de las células inmunes) puede ser un caldo de cultivo para un intestino irritable.

Una flora intestinal perturbada

Más de 1000 tipos de bacterias colonizan nuestros intestinos. Su equilibrio está estrechamente relacionado con nuestra salud, bienestar y digestión. Si la población microbiana se descontrola, pueden surgir problemas digestivos como el síndrome del intestino irritable.

Factores psicológicos

Estrés, nerviosismo, miedos. Nuestros intestinos son un sensor sensible que puede “contagiarse” de nuestra agitación psicológica.

Enfermedades diarreicas e infecciones

No todas las infecciones gastrointestinales conducen automáticamente a un intestino irritable, pero pueden ser un punto de partida.

Modo de vida

Muy rápido, muy poco saludable o muy escaso en ciertos sentidos. Nuestra cultura alimentaria, la dieta, las posibles intolerancias y la falta de higiene al manipular los alimentos son otros posibles factores.

Inciso: el intestino y el cerebro se comunican.

¿Lo sabías? El intestino y el cerebro estás estrechamente interconectados. La mayoría de las veces, el intenso flujo de información que existe entre estos dos centros de control pasa desapercibido. Esa conexión solo se hace notable de forma muy desagradable cuando el estrés afecta a nuestra digestión. Por otro lado, el intestino también interviene a nivel cerebral y, según nuevos estudios, puede influir en nuestras emociones, pensamiento, decisiones y manejo del estrés.

Al Artículo:

El eje intestino-cerebro

¿Cómo se pueden aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable? 

Los siguientes consejos han demostrado su eficacia para apaciguar un intestino rebelde:

  • Tómate tu tiempo para comer y hazlo, idealmente, en un ambiente tranquilo y relajado.
  • Ayuda al intestino comiendo porciones regulares y razonables; varias raciones pequeñas en lugar de unos pocas de gran tamaño.
  • Come lentamente y mastica bien.
  • No hagas comidas copiosas, especialmente por la noche.
  • Evita platos muy calientes o muy fríos.
  • Toma líquido en abundancia, por ejemplo, agua e infusiones sin endulzar. Si es posible, evita las bebidas azucaradas y carbonatadas, el alcohol y el café.
  • Frente al dolor de barriga, una bolsa de agua caliente suele funcionar de maravilla.

¿Qué dieta es recomendable para el intestino irritable?

Si bien los casos difíciles requieren un tratamiento más pormenorizado (p. ej., técnicas de relajación, medidas psicoterapéuticas, ingesta de fármacos a corto plazo), un cambio en la dieta suele ser suficiente para aliviar los síntomas leves. Un intestino irritable se manifiesta de tantas formas como preferencias tiene en términos de nutrición. La experiencia ha demostrado que no hay una dieta específica para esta afección. Más bien, los afectados deben averiguar por sí mismos qué les sienta bien y qué no, idealmente por medio de un diario de nutrición y bajo supervisión médica. Sin embargo, hay varios alimentos que se pueden evitar. Según la experiencia, un intestino sensible reacciona frente a:

    • Especias fuertes
    • Alimentos grasos y flatulentos
    • Legumbres
    • Productos procesados
    • Harinas refinadas
    • Azúcar, sustitutos del azúcar, dulces

¿Qué papel juegan el estrés y nuestras bacterias intestinales en el intestino irritable?

El estrés no solo afecta a la digestión, sino también a los habitantes de nuestros intestinos cuando están constantemente “bajo tensión”. Por un lado, el aumento de la liberación de hormonas del estrés reduce de la biodiversidad bacteriana y, por otro, la actividad digestiva limitada puede conducir a cambios en el equilibrio bacteriano. Las bacterias de nuestro organismo pesan hasta dos kilos: más que el corazón o el cerebro. No es de extrañar, entonces, que su pérdida pueda ser un problema de peso que cree un escenario propicio para un nuevo drama intestinal.

Por el contrario, la investigación sugiere que el estado de nuestra flora intestinal determina hasta cierto punto si gestionamos bien o mal el estrés. Los eventos de estrés descritos a nivel abdominal y de la cabeza pueden crear a un círculo vicioso, porque el estrés golpea la flora intestinal y una flora intestinal estresada puede reducir nuestra resistencia al estrés (resiliencia).

¿Pueden algunas cepas bacterianas específicas ser útiles para el intestino irritable?

Una forma natural de aplacar un abdomen rebelde y romper el círculo vicioso inducido por el estrés son las cepas bacterianas reproducibles que mantienen el equilibrio intestinal. Esto se confirma mediante una reciente estudio no intervencional en el que 93 participantes consumieron Biogena fit@work@ Stressbiotic diariamente durante seis semanas. Los sujetos afirmaron que el malestar intestinal individual, así como los niveles generales de estrés, se habían reducido con la ingesta del preparado hecho a medida con cultivos bacterianos reproducibles (Lactobacillus helveticus R0052 y Bifidobacterium longum R0175), extracto de azafrán y vitaminas B2 y C.

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¿El síndrome del intestino irritable se puede curar? 

El síndrome del intestino irritable puede acabar desapareciendo, pero esto no ocurre en todos los casos. Mientras que los síntomas desaparecen al cabo de un tiempo en algunos de los afectados, a otros les acompañan durante el resto de su vida. Estas personas deben comer de forma relajada y sin prisas y llevar una rutina diaria estructurada y sin sobresaltos.

Conclusión: el intestino irritable es una enfermedad compleja. Para mitigar los síntomas de un intestino sensible, se aconseja un cambio de dieta adaptado individualmente bajo supervisión profesional. Además, los suplementos dietéticos hechos a medida con cultivos bacterianos reproducibles y micronutrientes específicos como la vitamina B2, que cuidan la membrana mucosa y su flora bacteriana, alivian las molestias intestinales.

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