El camino hasta tener un bebé no siempre es fácil. En este artículo, explicamos el ciclo femenino de forma comprensible y examinamos varios enfoques basados en hallazgos científicos que pueden promover la fertilidad integral en hombres y mujeres. También damos consejos sobre cómo lograr el embarazo.
Por qué debemos conocer el ciclo femenino
Durante muchísimo tiempo, la menstruación condiciona la vida de una mujer. Entre la pubertad y la menopausia, el bucle mensual de periodos tiene lugar de 400 a 500 veces.
Este ciclo es tan único como las propias mujeres. Para que un óvulo madure, se fecunde y se implante, las hormonas sexuales femeninas deben ser capaces de cambiar y actuar sin interrupciones. Hay factores externos e internos que influyen en la delicada “danza de las hormonas” y, por tanto, también en la fertilidad.
Conocimiento del ciclo
Saber cómo funciona el ciclo menstrual propio y observar los signos de fertilidad, como la temperatura basal y la mucosidad cervical, pueden aumentar las posibilidades de embarazo.
A continuación, se resumen los datos clave sobre el ciclo y los días fértiles:
- El primer día de sangrado es también el primer día del ciclo.
- La duración media del ciclo es de 28 días, aunque esto solo ocurre en el 10-15 % de las mujeres. Fisiológicamente, lo normal es que el ciclo dure de 24 a 38 días. En caso de trastorno, los ciclos son más cortos o más largos que este periodo de tiempo, son totalmente irregulares o no se manifiestan en absoluto.
- En un ciclo regular de 28 días, la ovulación tiene lugar el día 14 o 15. La fertilidad es máxima durante ese día y la jornada previa.
- Sin embargo, el esperma puede sobrevivir hasta cinco días y la fecundación puede producirse previamente. Después de la ovulación, la “ventana fértil” permanece abierta durante 24 horas.
Calcular los días fértiles: cuando puedes quedarte embarazada
Importante: si el ciclo es más corto o más largo, hay que sumar o restar esos días.
Esto significa que si el ciclo es de 30 días, la ovulación tendrá lugar el día 14 + 2, el decir, el día 16 del ciclo. En teoría, la mujer es fértil a partir del día 11, alcanzando el pico máximo el día 16. Tanto en los días 17 como 18 puede producirse un embarazo.
Si el ciclo es más corto, se deben restar los días. ¿Tu ciclo dura 25 días? En ese caso, la ovulación se producirá el día 11 y el embarazo también podrá producirse en los días previos.
Por supuesto, el cálculo es más difícil si los ciclos son irregulares. Otras formas de determinar la ovulación son la evaluación de la mucosa del útero, la temperatura matutina o una prueba de ovulación. Los monitores de fertilidad también pueden ayudar a evaluar los días fértiles.
Señales para reconocer la ovulación:
- Mucosa del cuello uterino clara y filamentosa
- La temperatura basal aumenta de 0,4 a 1,0 °C (para obtener la curva de temperatura, esta debe medirse diariamente antes de levantarse; un aumento es indicio de ovulación)
- Dolor menstrual (sensación de dolor en el abdomen)
Consejos para quedarse embarazada: preparar el nido
Para que el embrión se desarrolle de forma óptima desde el primer día, durante la planificación familiar hay que rellenar previamente los depósitos de vitaminas, minerales y Omega-3 para preparar el cuerpo para un posible embarazo.
Llevar una alimentación saludable
Las frutas y verduras frescas, las legumbres de alta calidad, los frutos secos, los cereales integrales y los alimentos ricos en proteínas y bajos en grasas forman la base de una alimentación saludable para obtener un buen aporte de micronutrientes. Desde el mismo momento en que deciden tener un bebé, las mujeres deben asegurarse de obtener un aporte adecuado de nutrientes y, muy especialmente, de ácido fólico, la conocida como vitamina del embarazo. Existen suplementos especiales que permiten asegurar una ingesta diaria de nutrientes adecuada cuando el organismo necesita una ayuda.
Los siguientes nutrientes favorecen la fertilidad femenina
- Ácido fólico: ayuda a prevenir las malformaciones (defectos del tubo neural), favorece la división celular y contribuye a la formación de glóbulos rojos.
- Zinc: favorece la maduración de los óvulos y la ovulación regular, refuerza el sistema inmunitario y protege las células frente a los daños causados por los radicales libres.
- Vitamina D: regula las hormonas estrógeno y progesterona. Los estudios muestran que las mujeres con unos niveles adecuados de vitamina D obtienen mejores resultados en los tratamientos de fertilidad (como la fertilización in vitro [FIV]).
- Vitamina B6: contribuye a la regulación de la actividad hormonal y refuerza el sistema inmunitario.
- Vitamina B12: está implicada en muchas funciones del organismo, como el sistema inmunitario, la salud de los nervios o la protección contra la anemia, ya que es necesaria para la maduración de las células sanguíneas. Dado que esta vitamina se encuentra principalmente en productos de origen animal, las mujeres que llevan una alimentación vegetariana o vegana deben asegurarse de obtener un aporte suficiente de vitamina B12 y, si es necesario, tomar un suplemento.
- Antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E y el selenio: ayudan a proteger los óvulos frente al estrés oxidativo.
- Yodo: contribuye al funcionamiento normal de la glándula tiroides, algo fundamental para el ciclo femenino.
Cuando una mujer está embarazada, su cuerpo trabaja al máximo para hacer crecer la nueva vida. Para garantizar que tanto la madre como el bebé tengan los nutrientes que necesitan desde el principio del embarazo, es aconsejable recurrir a suplementos naturales. ¿Qué debo tener en cuenta y cuándo debería empezar a suplementarme?
Remedios caseros y apoyo alternativo para la fertilidad
El tema de la fertilidad es tan antiguo como nuestros propios antepasados. Prueba de ello son sus rituales y el uso de determinadas plantas silvestres para aumentar la fertilidad.
Si a ti también te gustaría utilizar remedios caseros a base de plantas para conseguir el embarazo, lo mejor es pedirle consejo a un experto en medicina fitoterapéutica o a tu matrón/a. Además de las plantas usadas en Europa, la medicina tradicional china y el ayurveda también ofrecen remedios a base de plantas.
También existen otros remedios alternativos que pueden ser de apoyo a la hora de concebir. Por ejemplo, la acupuntura, que regula el equilibrio hormonal y mejora la circulación del útero, así como preparados a base de hierbas como el sauce gatillo, que promueve la regulación del ciclo.
Un estudio sobre el efecto de la acupuntura en el deseo de concebir demuestra que puede contribuir a la fertilidad mediante diversos mecanismos (Smith, et al., 2015).
El uso de técnicas de relajación como el yoga y la meditación también puede ayudar a aliviar el estrés y aumentar la fertilidad.
La fertilidad también es un asunto masculino: los espermatozoides más fuertes llegan a la meta
Aunque la distancia es de solamente 20 centímetros, no hay ninguna carrera que se le pueda comparar. Ese es el recorrido que tienen que hacer los espermatozoides para alcanzar la meta deseada: el óvulo.
La probabilidad de que los espermatozoides lleguen al final y creen una nueva vida es ínfima; en concreto, de menos de una entre 500 000 000. Por lo tanto, las parejas que deseen tener un bebé, deben tener en cuenta que cuantos más espermatozoides haya y cuanto más sanos estén, antes podrán cumplir su sueño de formar una familia.
La calidad de los espermatozoides es uno de los factores que determinan si ese sueño se hará realidad o no.
¿Qué influye en la calidad de los espermatozoides?
Los siguientes factores afectan negativamente a la calidad del esperma:
- Factores relacionados con el estilo de vida: tabaquismo, alcohol, drogas, anabolizantes, comida rápida, sobrepeso, estrés o medicamentos.
- Factores medioambientales: toxinas ambientales como metales pesados y pesticidas.
- Otros factores: edad, trastornos hormonales, infecciones, sobrecalentamiento testicular o factores genéticos.
Los siguientes factores influyen positivamente en la calidad del esperma:
Un estilo de vida saludable puede influir de forma positiva en la calidad de los espermatozoides.
Esto significa hacer ejercicio con regularidad, saber gestionar el estrés, dormir lo suficiente y abstenerse de fumar y consumir alcohol. Otro factor clave es seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes. Para producir espermatozoides de calidad, el cuerpo necesita obtener ciertos micronutrientes en cantidades suficientes:
Además de la vitamina B6, que ayuda a regular la actividad hormonal, y el selenio, que participa en la formación de los espermatozoides, el oligoelemento zinc desempeña un papel fundamental en la fertilidad y la reproducción. Este "mineral masculino" no solo es importante para mantener unos niveles normales de testosterona en la sangre, sino que también participa en funciones relacionadas con la división celular. La copia y el empaquetado correctos del código genético en la producción de espermatozoides es fundamental para el tiempo de vida y la “puntería” del esperma. Al igual que el selenio, el zinc también protege las células frente al estrés oxidativo.
Importante: para que se empiece a notar el efecto de los cambios en el estilo de vida, es necesario esperar al menos tres meses. Por lo tanto, se debe intentar lograr un cambio permanente de los hábitos.
Factores que influyen en la fertilidad de la mujer y el hombre
Peso normal como base ideal
Tanto la obesidad severa como un peso insuficiente pueden influir negativamente en la fertilidad. Las mujeres con obesidad o peso insuficiente pueden sufrir trastornos del ciclo menstrual debido a desequilibrios hormonales, que pueden impedir la ovulación y el sangrado menstrual. También se aconseja que los hombres normalicen su peso corporal porque, si este se encuentra en cantidades excesivas o insuficientes en la zona abdominal, puede provocar en un aumento del riesgo de deterioro de la función testicular y una disminución de la formación de espermatozoides.
El ejercicio tiene un efecto positivo en la fertilidad
Si vives una vida activa y practicas ejercicio suficiente, no solo ganarás resistencia, sino que también fomentarás la fertilidad. El ejercicio regular favorece la circulación, el control el peso y el equilibrio hormonal tanto en mujeres como en hombres.
En los hombres, el ejercicio también puede estabilizar los niveles de testosterona.
¡Adiós al estrés!
Es habitual que el estrés comience desde la propia decisión de tener un bebé. Las expectativas y la presión por que salga bien convierten el sexo en una obligación. Sin embargo, el estrés tiene un impacto negativo en la disposición del cuerpo a la concepción. El hecho de que alrededor de un tercio de las parejas necesiten más de un año para lograr el embarazo puede desanimar a algunos. Por ello, es recomendable reducir el nivel de estrés y dedicar tiempo a relajarse, por ejemplo, con paseos, masajes o yoga.
Dormir lo suficiente y mantener un horario de sueño
Los estudios demuestran que la falta de sueño somete el cuerpo a estrés, lo que puede suponer un obstáculo a la hora de lograr el objetivo de tener un bebé. El trabajo en turno de noche es especialmente perjudicial, ya que puede alterar el equilibrio hormonal de ambos sexos. Además, la cantidad óptima de sueño es de siete a ocho horas al día, idealmente en armonía con el reloj interno y, por tanto, con el ciclo hormonal. Siempre que sea posible, acuérdate de ir a dormir a la misma hora.
Otras sustancias vegetales
La raíz de maca (Lepidium meyenii) y la ashwagandha (Withania somnifera) son dos plantas que se utilizan tradicionalmente para aumentar la fertilidad.
Los estudios sugieren que la raíz de maca puede mejorar la calidad y la cantidad de esperma en los hombres y, a su vez, puede equilibrar los niveles hormonales en las mujeres. Además, el consumo de maca también influye positivamente en la libido de hombres y mujeres.
La ashwagandha, también llamada ginseng indio, es conocida por sus propiedades adaptógenas que ayudan a combatir el estrés, un factor importante en la fertilidad.
También se cree que la ashwagandha favorece la producción de testosterona, la calidad del esperma en hombres y el equilibrio hormonal en las mujeres.
¿Cuándo se debe consultar a un médico sobre la fertilidad?
- Si una pareja no logra un embarazo en el plazo de un año (en mujeres menores de 35 años) o de seis meses (en mujeres mayores de 35 años) a pesar de mantener relaciones sexuales regulares sin protección.
- Si hay indicios de posibles problemas de fertilidad, como menstruaciones irregulares o ausencia del periodo.
- Después de intervenciones quirúrgicas anteriores que pudieran afectar a los órganos reproductores.
- En el caso de enfermedades conocidas como endometriosis o síndrome de ovario poliquístico (SOP).
- Si existen antecedentes de infecciones de transmisión sexual que puedan afectar a la fertilidad.
Preguntas frecuentes sobre la fertilidad y el embarazo
Una mujer es fértil durante la fase de ovulación de su ciclo menstrual, especialmente, en los cinco días anteriores a la ovulación y el mismo día de la ovulación. Estos días se denominan “días fértiles”, ya que la probabilidad de fecundación es mayor durante este periodo. En un ciclo regular de 28 días, es probable que la ovulación tenga lugar el día 14 o 15.
Los días fértiles suelen situarse a mitad del ciclo, aproximadamente entre 12 y 16 días antes del inicio de la siguiente menstruación. Es decir, el periodo más fértil de un ciclo de 28 días comienza entre 12 y 16 días después del primer día de la última menstruación.
Sí, una mujer puede quedarse embarazada después de la ovulación, pero solo durante un breve intervalo de 12 a 24 horas, ya que el óvulo solo es fértil durante ese periodo. Pasado ese tiempo, la probabilidad de fecundación se reduce rápidamente.
La probabilidad de quedarse embarazada varía en función de la edad, el estado de salud de la mujer y la calidad del esperma. Las parejas sanas tienen aproximadamente un 20-25 % de probabilidades por ciclo si mantienen relaciones sexuales de forma regular durante los días fértiles.
Hay muchas razones posibles por las que no se produce el embarazo. Los trastornos hormonales, problemas en las trompas de Falopio, la endometriosis o la baja calidad del esperma pueden ser obstáculos. El estrés, el sobrepeso o un peso deficiente y el estilo de vida, como fumar y beber alcohol, también pueden afectar a la fertilidad. Un reconocimiento médico puede ayudar a identificar las causas y a tomar las medidas adecuadas.
El tiempo que una mujer puede tardar en quedarse embarazada varía. En la mayoría de las parejas, el embarazo se produce en el plazo de un año de relaciones sexuales regulares sin protección. Si el embarazo no se ha producido después de un año, se recomienda consultar a un médico.
Hay varias formas de fomentar la fertilidad. Una dieta equilibrada, una actividad física regular y un estilo de vida saludable son factores fundamentales. Los suplementos dietéticos como el ácido fólico, la vitamina D y los ácidos grasos Omega-3 también pueden ser beneficiosos. Además, es importante evitar el estrés y mantener un peso normal.