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Yodo: un oligoelemento de gran impacto

Camilla Freinek
de Camilla Freinek, BSc MSc
el 25.10.2024
Pareja bien abastecida de yodo

El yodo es un oligoelemento esencial que desempeña un papel fundamental en nuestra salud. Es especialmente importante para la glándula tiroides, ya que controla una gran cantidad de funciones corporales. En este artículo, arrojamos luz sobre los múltiples efectos del yodo y explicamos por qué debemos garantizar un suministro adecuado.

¿Qué es el yodo?

El yodo es un oligoelemento vital que el cuerpo no puede producir por sí mismo. Por lo tanto, debe ingerirse a través de la dieta o en forma de suplementos. Una de las principales funciones del yodo es el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, cuya producción hormonal lo necesita como sustancia base. Las hormonas tiroideas no solo influyen en nuestro metabolismo y crecimiento, sino que también ayudan a regular muchas funciones del organismo. Aunque las personas no necesitamos mucho yodo, es un elemento esencial para disfrutar de una buena salud.

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¿Qué alimentos contienen yodo?

Muchos alimentos contienen yodo en pequeñas cantidades, pero solo algunos contribuyen realmente a nuestro suministro diario de yodo. Dado que este oligoelemento se encuentra principalmente en los océanos, los productos marinos lo contienen en cantidades elevadas. El pescado azul de mar, como el bacalao, el atún y el arenque, y las algas son particularmente ricos en yodo. Los productos lácteos y los huevos también contienen yodo, aunque su contenido depende de la alimentación de los animales. En muchos países, la sal se enriquece con yodo para prevenir la falta de suministro en la población.

Los siguientes alimentos contienen cantidades significativas de yodo:

  • Algas marinas (p. ej., nori, wakame o kombu)
  • Pescado marino (p. ej., arenque, caballa o sardina)
  • Sal yodada
  • Leche y productos lácteos*
  • Huevos*

* Si el pienso se ha enriquecido con yodo.

Efectos del oligoelemento yodo

El yodo es un oligoelemento esencial para nuestro organismo aunque solo lo necesitemos en pequeñas cantidades. Su función más conocida está relacionada con la glándula tiroides. Es necesario para la producción de las hormonas tiroideas T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina). Estas hormonas influyen en el metabolismo general, el sistema cardiovascular y la termorregulación del organismo. Por lo tanto, unos niveles estables de yodo son fundamentales para el rendimiento físico y mental.

Además, un buen aporte de yodo favorece la salud de la piel, contribuye al desarrollo cerebral y las habilidades cognitivas, y promueve el desarrollo saludable del feto durante el embarazo.

Deficiencia de yodo e hipotiroidismo

Una de las consecuencias más conocidas de la carencia de yodo es el hipotiroidismo. En caso de un aporte deficiente de yodo, la glándula tiroides no puede producir suficientes hormonas. El suministro adicional de yodo puede contribuir a equilibrar la producción de hormonas y aliviar los síntomas de este trastorno. Si te han diagnosticado hipotiroidismo, deberías contemplar la suplementación específica de yodo tras consultar a un médico.

Yodo y sus efectos en la piel

La piel también se beneficia de un buen aporte de yodo. Este oligoelemento favorece una piel sana al promover la regeneración de las células cutáneas. Las personas con piel seca advierten una mejora de la textura cutánea mediante un suministro optimizado de yodo.

Yodo a la hora de tener hijos y durante el embarazo y la lactancia

El yodo desempeña un papel importante en la fertilidad y el desarrollo de un feto sano. Las mujeres que deseen tener hijos deben contar con un suministro adecuado de yodo, ya que contribuye al desarrollo del sistema nervioso y el cerebro del feto.

Un déficit de yodo durante el embarazo puede aumentar el riesgo de malformaciones y afectar negativamente al desarrollo mental del niño. Por ello, las necesidades de yodo en mujeres embarazadas y en periodo de lactancia aumentan.

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Necesidades diaria de yodo: ¿cuánto hay que tomar al día?

Las necesidades diarias de yodo varían en función de la edad, el sexo y las condiciones de vida:

  • Lactantes menores de un año: 40-80 μg/día
  • Niños de 1 a 7 años: 90-120 μg/día
  • Niños y adolescentes de 7 a 19 años: 120-200 μg/día
  • Adultos hasta los 51 años: 150-200 μg/día
  • Adultos mayores de 51 años: 150-180 μg/día
  • Embarazadas: 200-230 mg/día
  • Mujeres en periodo de lactancia: 200-260 μg/día

Carencia de yodo: ¿cuáles son los síntomas?

Sin yodo, no se producen hormonas tiroideas. En consecuencia, el déficit de este oligoelemento puede causar hipotiroidismo, con graves problemas de salud. En los niños, esto puede provocar trastornos del desarrollo físico y mental en la fase embrionaria. La carencia de yodo también puede ocasionar diversos síntomas en adultos y, en algunos casos, puede incluso provocar un agrandamiento de la glándula tiroides (el llamado “bocio”).

Los síntomas más frecuentes de la carencia de yodo son:

  • Fatiga y desgana
  • Sensibilidad al frío
  • Aumento de peso a pesar no modificar la dieta
  • Piel seca y caída del cabello
  • Problemas de concentración
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Yodo como complemento alimenticio por vía oral

En determinadas situaciones vitales o cuando se utiliza sal de mesa no yodada, la ingesta complementaria de yodo puede resultar útil. Las cápsulas de yodo como suplemento nutricional son una forma sencilla de contribuir al suministro diario. Las personas con mayores necesidades, como las mujeres embarazadas o en periodo de la lactancia y las personas con hipotiroidismo, deben considerar especialmente su uso. Sin embargo, al tomar yodo como suplemento, se debe tener cuidado de no exceder la dosis diaria recomendada sin consultar con un médico.

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Efectos secundarios del yodo: ¿su exceso es perjudicial?

No hay duda de que el yodo es esencial para nuestra salud. Su consumo excesivo a través de la alimentación es bastante improbable. Sin embargo, para evitarlo al tomar suplementos dietéticos, hay que ceñirse a la dosis diaria recomendada o consultar con un médico.

Un exceso de yodo puede afectar a la función tiroidea y, en raras ocasiones, provocar hipertiroidismo. No obstante, esta clase de efectos secundarios solo suelen producirse cuando la ingesta es excesiva.

Conclusión: el yodo es uno de los oligoelementos esenciales. Aunque nuestro cuerpo solo necesita pequeñas cantidades, es imprescindible para nuestro organismo. Si la cantidad de yodo que ingerimos a través de los alimentos es insuficiente, la producción de hormonas tiroideas puede verse afectada. Esto, a su vez, puede tener un impacto significativo en nuestra salud.

Preguntas frecuentes sobre el yodo:

Los alimentos con alto contenido en yodo incluyen principalmente productos de origen marino, como el pescado (p. ej., bacalao y arenque) y las algas. Además, los alimentos procedentes de animales alimentados con pienso enriquecido con yodo (p. ej., carne, leche, productos lácteos) también nos aportan este oligoelemento. La sal yodada también es una fuente importante de yodo.

El yodo es importante para la producción de hormonas tiroideas, que controlan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo del organismo. También favorece la salud de la piel y es especialmente importante para el desarrollo del cerebro del feto durante el embarazo.

Se recomienda un aporte diario de yodo de aprox. 200-230 μg durante el embarazo y de 200-260 μg durante la lactancia.

Hay que tomar yodo si no se ingiere en cantidades suficientes a través de la dieta, si existe una deficiencia de yodo documentada, durante el embarazo y la lactancia, si hay una mayor demanda debido al ejercicio intenso o en caso de ciertos trastornos de la tiroides, como el hipotiroidismo.

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