El estrés es una parte de la vida diaria para muchas personas, ya sea por desafíos en el trabajo, compromisos personales o eventos inesperados. Una gestión eficaz del estrés puede ayudar a gestionar mejor estas cargas y a llevar una vida más sana y satisfactoria a largo plazo. En este artículo, compartimos consejos y métodos útiles para gestionar el estrés con éxito.
¿Qué es el estrés?
El estrés es la respuesta natural del cuerpo a una amenaza o desafío percibido. Se liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol, que ponen al organismo en alerta. A corto plazo, esto puede ser útil para mantener el rendimiento en situaciones difíciles. Sin embargo, el estrés crónico, que persiste durante largos periodos de tiempo, puede poner a prueba el cuerpo y la mente.
Síntomas típicos: reconocer el estrés crónico
El estrés puede manifestarse de muchas maneras. Los síntomas típicos incluyen:
• Físicos: dolor de cabeza, tensión, molestias gastrointestinales o palpitaciones.
• Psíquicos: nerviosismo, inquietud interna, fatiga o dificultad para concentrarse.
• Emocionales: irritación, sobrecarga o falta de energía.
• Comportamiento: aislamiento, tabaquismo excesivo, alimentación emocional o trastornos del sueño.
Reconocer estas señales de alerta a tiempo es un primer paso importante en la gestión del estrés para garantizar nuestra salud a largo plazo.
Los tres pilares de la gestión del estrés: el semáforo del estrés de Gert Kaluza
El semáforo del estrés es un modelo de Gert Kaluza que resume los tres pilares de la gestión del estrés en un enfoque claro y práctico. El objetivo del semáforo del estrés es estructurar la gestión del estrés en tres niveles.
Agentes estresantes
Los agentes estresantes son los desencadenantes externos del estrés. A menudo, se deben a exigencias excesivas, conflictos o estructuras poco claras. El objetivo de esta fase es reducir o evitar los factores desencadenantes del estrés tanto como sea posible.
Estrategias para reducir los factores de estrés:
• Identificar fuentes de estrés: analiza qué situaciones o tareas específicas causan estrés.
• Priorizar: utiliza herramientas como la matriz de Eisenhower para diferenciar las tareas importantes de las no importantes.
• Delegar tareas: cede tareas que otros puedan hacer igual de bien.
• Planificar de forma eficiente: estructura tu día, establece tiempos de pausa y planifica de forma realista.
Intensificadores del estrés
Los intensificadores del estrés son actitudes personales, creencias o patrones de pensamiento que intensifican el estrés. Suelen ser de carácter individual y pueden reconocerse y modificarse mediante la autorreflexión.
Intensificadores del estrés típicos:
• Perfeccionismo (“Todo debe ser perfecto”).
• Expectativas poco realistas (“Tengo que hacerlo todo”).
• Pensamiento catastrofista (“Si no lo consigo, será el fin”).
Estrategias para cambiar los intensificadores del estrés:
• Autoobservación: lleva un diario de estrés para identificar patrones de pensamiento estresantes.
• Desarrollar una perspectiva realista: pregúntate si tus expectativas y creencias son realistas.
• Transformación positiva: en lugar de “No lo puedo controlar”, piensa “Puedo hacerlo, paso a paso”.
• Práctica de aceptación: Aprende a hacer cosas que se escapen de tu control.
Reacciones al estrés
Esta fase hace referencia a nuestra salud y a las consecuencias físicas y emocionales del estrés, como la tensión muscular, los trastornos del sueño o la inquietud interna. El objetivo es reducir estas reacciones mediante la regeneración dirigida y aumentar la resistencia al estrés.
Métodos de regeneración:
• Técnicas de relajación: practica ejercicios de relajación regulares, como relajación muscular progresiva, meditación o técnicas de respiración.
• Movimiento y deporte: la actividad física ayuda a reducir las hormonas del estrés, como el cortisol, y libera hormonas del bienestar.
• Sueño y descanso: asegúrate de que duermes lo suficiente, ya que es esencial para gestionar el estrés.
• Aficiones y contactos sociales: crea espacio para las cosas que aportan alegría y energía.
• Atención plena: practica la percepción consciente del momento, p. ej., al respirar conscientemente o pasear por la naturaleza.
Otros métodos y estrategias de gestión del estrés
La gestión del estrés es tan individual como las personas. Además de los enfoques básicos, como el semáforo del estrés, existen otros métodos que pueden ayudarte a afrontar mejor el estrés en la vida cotidiana. Desde medidas preventivas hasta técnicas a corto plazo o estrategias a largo plazo, en esta sección te presentamos varias formas de encontrar tu camino personal hacia la serenidad y la resiliencia.
Consejo n.º 1 para gestionar el estrés: la regla 10-10-10
La regla 10-10-10 es una forma rápida y eficaz de mantener la mente despejada en situaciones de estrés agudo. Si te encuentras en una situación estresante, hazte las siguientes preguntas:
• ¿Cómo me afectará esta situación en 10 minutos?
• ¿Y en 10 días?
• ¿Qué importancia tendrá en 10 meses?
Esta técnica crea distancia y ayuda a cambiar la perspectiva. A menudo, muchos agentes estresantes son menos importantes a largo plazo de lo que parecen en el momento
Consejo n.º 2 para gestionar el estrés: las 4 A: evitar, modificar, adaptar y aceptar
Las 4 A (evitar, modificar, adaptar y aceptar, del inglés “Avoid, Alter, Adapt, Accept”) son un modelo integral para la gestión del estrés:
• “Avoid” (evitar): reduce el estrés innecesario, p. ej., aprendiendo a decir que no o mitigando los posibles conflictos de forma temprana.
• “Alter” (modificar): cambia las situaciones estresantes, por ejemplo, tomando medidas claras en el trabajo o en tu vida privada.
• “Adapt” (adaptar): cambia tu punto de vista buscando lo positivo en un desafío.
• “Accept” (aceptar): Acepta cosas que no se pueden cambiar, como el tiempo u otras personas, y dirige tu energía a problemas que se puedan resolver.
Consejo n.º 3 para gestionar el estrés: gestión del tiempo
Una gestión eficaz del tiempo ayuda a evitar las sobrecargas y a gestionar las tareas importantes de forma estructurada.
• Listas de tareas pendientes: escribe tus tareas y establece prioridades.
• Matriz de Eisenhower: distingue entre tareas importantes y urgentes para centrar tu atención.
• Técnica Pomodoro: trabaja en bloques de tiempo fijos de 25 minutos, seguidos de breves descansos.
Además, programa tiempos de pausa para eventos imprevistos.
Consejo n.º 4 para gestionar el estrés: gestión de conflictos
Los conflictos pueden ser importantes factores de estrés. Con las estrategias adecuadas, puedes mitigarlos:
• Mensajes en primera persona: comunica claramente tus sentimientos y necesidades sin atacar a los demás. Por ejemplo, “Me siento estresado cuando me avisan de los cambios a corto plazo”.
• Escucha activa: escucha con atención y entiende la perspectiva de la otra persona.
• Encontrar compromisos: busca soluciones aceptables por ambas partes.
Afrontar los conflictos de forma constructiva mejora la cooperación y reduce las tensiones.
Consejo n.º 5 para gestionar el estrés: técnicas de relajación para la autoterapia
Las técnicas de relajación son esenciales para rejuvenecer el cuerpo y la mente. Estas son algunas prácticas recomendadas:
• Relajación muscular progresiva: contrae y relaja grupos musculares individuales para eliminar la tensión.
• Entrenamiento automático: autosugestiones como “Me pesan los brazos” favorecen una relajación profunda.
• Ejercicios de respiración: inhala profundamente a través de la nariz y exhala lentamente a través de la boca. Esto calma el sistema nervioso.
• Meditación: la práctica regular de meditación puede ayudar a despejar la mente y promover la calma.
Además, por ejemplo, el Ashwagandha puede ayudar a promover la relajación y el equilibrio interior.
Consejo n.º 6 para gestionar el estrés: llevar una dieta equilibrada
La nutrición desempeña un papel clave en la gestión del estrés. Los niveles estables de azúcar en sangre y el suministro adecuado de nutrientes favorecen el sistema nervioso y la gestión del estrés del cuerpo. Un estilo de vida generalmente saludable y una dieta equilibrada también ayudan a reducir la formación de radicales libres y el riesgo de estrés oxidativo.
Una alimentación antiestrés incluye:
• Alimentos ricos en magnesio: el magnesio, que se encuentra en frutos secos, plátanos o cereales integrales, es relajante.
• Dieta rica en vitamina B: las vitaminas B ayudan a la función nerviosa y se encuentran, entre otras cosas, en las legumbres o verduras verdes.
• Alimentos ricos en antioxidantes: los antioxidantes, como las vitaminas C y E, el zinc, el selenio, el cobre y el manganeso, protegen el cuerpo de los radicales libres. Entre los mejores proveedores de estas sustancias protectoras se incluyen, entre otros, las frutas y verduras, los frutos secos, las legumbres y los cereales integrales.
• Beber lo suficiente: la deshidratación puede aumentar la respuesta al estrés. Opta por el agua o las infusiones.
Evita la cafeína, el azúcar y los alimentos procesados en exceso, ya que pueden agravar los síntomas de estrés.
¡Importante!
Los suplementos dietéticos no sustituyen a una dieta saludable, pero pueden ayudar a nuestro cuerpo a combatir el estrés con micronutrientes y fitonutrientes “desestresantes” (= adaptógenos) y mejorar tus defensas contra el estrés.
Consejo n.º 7 para gestionar el estrés: deporte y ejercicio para compensar
El ejercicio es un antiestrés natural, ya que favorece la reducción de las hormonas del estrés, como el cortisol, y libera endorfinas. No se trata de un rendimiento máximo, sino de una actividad regular:
• Deportes de resistencia: el footing, el ciclismo o la natación son ideales para reducir el estrés.• Yoga: una combinación de ejercicio físico y relajación mental.
• Baile: no solo promueve la forma física, sino también la alegría de vivir.
Elige un deporte que te guste y convierte el ejercicio en una parte integral de tu vida.
Consejo n.º 8 para gestionar el estrés: dormir lo suficiente:
Dormir es esencial para la regeneración física y mental. La falta de sueño aumenta las respuestas al estrés y afecta al rendimiento. Consejos para tener un sueño reparador:
• Ritmo regular: siempre que sea posible, vete a la cama y levántate a la misma hora todos los días.
• Higiene del sueño: evita usar pantallas antes de acostarte y crea un ambiente de sueño tranquilo y oscuro.
• Rituales de relajación: una taza de té, un libro o una música silenciosa pueden ayudar a relajarte.
• Micronutrientes: los suplementos alimenticios personalizados pueden acortar el tiempo necesario para conciliar el sueño y ayudarte a dormir mejor.
Consejo n.º 9 para gestionar el estrés: ábrete a una persona de confianza
Conversar con una persona cercana puede ser milagroso para aliviar el estrés. No siempre se trata de encontrar soluciones, a menudo, basta con sentirse comprendido.
• Círculo de amigos: interactúa con amigos cercanos.
• Familia: confía en un miembro de tu familia con el que tengas una relación cercana.
• Ayuda profesional: no dudes en ponerte en contacto con un coach o terapeuta si el estrés persiste.
Compartir sentimientos puede reducir la presión interna y abrir nuevas perspectivas.
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