La osteoporosis es una enfermedad difícilmente reconocible con consecuencias graves a edad avanzada. Se ha convertido en una de las enfermedades más frecuentes en Europa Central. Aproximadamente 460 000 austriacos y 5,4 millones de alemanes sufren osteoporosis. Sin embargo, dado que la osteoporosis se manifiesta principalmente a una edad avanzada, los jóvenes no suelen prestarle mucha atención. Un error fatal, ya la masa ósea empieza a reducirse a partir de los 35 años, primero muy lentamente y, después, a cada vez mayor velocidad, sobre todo, si no se toman medidas relacionadas con el ejercicio físico y la dieta.
La osteoporosis es una enfermedad ósea que reduce la densidad, la calidad y la resistencia de los huesos. La pérdida de densidad ósea es normal, e incluso natural, a partir de una determinada edad. Sin embargo, en la osteoporosis (= pérdida de hueso) y en su precursora, la osteopenia, la masa ósea se degrada en mayor medida. Los huesos pierden densidad y estabilidad, por lo que aumenta el riesgo de fracturas.
La osteoporosis no solo afecta a las personas mayores. En la osteoporosis juvenil, la densidad ósea se reduce ya en la infancia y la adolescencia. Las posibles causas son la deficiencia de calcio y/o vitamina D, así como un estilo de vida sedentario.
En términos sencillos, la osteopenia describe una fase intermedia entre el hueso sano y la osteoporosis. Ya en esta estapa, la densidad ósea es menor en comparación con el hueso normal, pero aún no es osteoporosis. Es importante saber que la osteopenia no tiene por qué desembocar necesariamente en osteoporosis.
La densidad ósea suele determinarse mediante procedimientos especiales de rayos X (p. ej., densitometría) en la columna vertebral y la cadera. Si la densidad ósea es demasiado baja para la edad (según la magnitud de la desviación), la osteopenia o la osteoporosis ya están presentes. Entonces, hay que ponerse manos a la obra.
La osteoporosis manifiesta se da cuando ya se ha producido al menos una fractura ósea relacionada con la osteoporosis como consecuencia visible de la misma.
La osteoporosis no se advierte ni detecta rápidamente por otros síntomas. Sin embargo, la pérdida de masa ósea se produce inevitablemente y puede detectarse y evitarse hasta cierto punto con mediciones especiales de la densidad ósea. Con frecuencia, los genes, entre otras cosas, desempeñan un papel decisivo. Es importante estar atentos si nuestros padres también padecen esta enfermedad, por ejemplo, si tienen la espalda encorvada, han perdido mucha estatura o ya han sufrido una fractura del cuello del fémur.
Posibles síntomas de osteoporosis
La “barriga de osteoporosis” es el resultado visible de la enfermedad avanzada. La posición lateral en forma de S se aprecia especialmente en personas delgadas.
Sin embargo, esta “barriga de osteoporosis” no es más que un efecto secundario del encorvamiento de espalda. La causa de la curvatura de la espalda en la osteoporosis es el hundimiento de las vértebras en forma de cuña, que acorta y deforma la columna. A la altura del pecho, se curva excesivamente hacia atrás (hipercifosis). Esto provoca un desplazamiento hacia delante del centro de gravedad del cuerpo y la formación de la llamada coloquialmente “chepa”,que provoca que el abdomen se curve visiblemente hacia fuera, ya que la columna empuja hacia fuera los tejidos blandos.
Cuando se pregunta por las causas de la osteoporosis, muchos desearían que hubiera una razón claramente reconocible, ya sea una deficiencia nutricional, un fármaco o la predisposición genética. Sin embargo, la osteoporosis suele ser fruto de varias causas.
Los médicos distinguen entre osteoporosis primaria y secundaria. La osteoporosis primaria se produce cuando la enfermedad se desarrolla sin una causa identificable. Por el contrario, la osteoporosis secundaria se produce como resultado de una enfermedad subyacente, p. ej., un trastorno hormonal, hipertiroidismo o una enfermedad gastrointestinal crónica.
Ciertos factores del estilo de vida, enfermedades o medicamentos especiales pueden contribuir al desarrollo de la osteoporosis.
Nutrición y estilo de vida:
Ciertas enfermedades, p. ej.:
Ciertos medicamentos, p. ej.:
Para las mujeres, el inicio de la menopausia en torno a los 50 años de edad es un momento problemático, ya que en el climaterio se acelera la tasa de pérdida ósea. ¿Por qué? La producción de hormonas sexuales femeninas en los ovarios disminuye y la caída de los estrógenos provoca una pérdida ósea aún mayor.
Si la disminución de la densidad ósea relacionada con la edad en las personas más jóvenes es en promedio de un 1,5 % por año, esta cifra aumenta hasta un 5 % tras la menopausia. Durante este tiempo, es muy recomendable realizar mediciones de la densidad ósea. Después de todo, si la osteoporosis o la osteopenia precursora se detectan a tiempo, se pueden contrarrestar.
La osteoporosis no es una enfermedad exclusivamente femenina. Los hombres la sufren con mucha más frecuencia de la que se suele creer. Además de los factores hereditarios, el estilo de vida “tradicionalmente masculino” también se asocia a algunos factores de riesgo. Por ejemplo, la osteoporosis en los hombres es producto de hábitos alimentarios poco saludables, un consumo excesivo de alcohol, falta de ejercicio y tabaquismo.
Tener unos huesos fuertes es un proyecto a largo plazo en el que merece la pena invertir: la base es una dieta equilibrada con un alto contenido de frutas y verduras, un buen suministro de vitamina D durante todo el año y ejercicio físico regular hasta la edad avanzada. Además, las medidas que ayudan a prevenir la osteoporosis son una parte importante del tratamiento, incluso en presencia de la enfermedad.
Conclusión: la osteoporosis es una enfermedad silenciosa que solo se puede empezar a combatir tras una densitometría. Si la densidad ósea se desvía de la norma, hay que actuar lo antes posible para evitar posibles problemas de salud graves en el futuro.
La aparición de osteoporosis está influida por la edad, la tendencia familiar y la falta de estrógenos durante la menopausia. Ciertas enfermedades (p. ej., el hipertiroidismo) o algunos medicamentos (p. ej., la cortisona) también puede causar la denominada “osteoporosis secundaria”. Otros factores de riesgo que contribuyen a la aparición temprana o la gravedad de la enfermedad incluyen la falta de movimiento, el déficit de vitamina D o calcio, los trastornos alimentarios (anorexia) y el exceso de alcohol o nicotina.
En las fases iniciales de la enfermedad, no hay signos típicos. Esto hace que la enfermedad sea aún más peligrosa. En fases avanzadas, la espalda puede curvarse en exceso, puede aparecer “barriga de osteoporosis”, dolor de espalda, pérdida de altura (superior a 2 cm) y fracturas óseas sin desencadenantes adecuados.
