La presión arterial elevada (hipertensión) es un problema muy extendido. Sin embargo, muchas personas solo se enteran de su enfermedad por casualidad, porque la presión arterial alta no duele. De hecho, todo lo contrario: muchos enfermos incluso están desbordantes de energía y en forma. Sin embargo, el peligro silencioso pesa sobre el corazón y los vasos sanguíneos día tras día. Esto hace que sea aún más importante reducir el aumento de la presión vascular. En este contexto, los medios de salud se topan repetidamente con el mineral magnesio. Por ejemplo, los estudios han demostrado que el déficit de magnesio puede contribuir a una presión arterial elevada. Sin embargo, a la inversa, ¿el mineral también tiene lo necesario para luchar contra el aumento de la presión vascular? Arrojamos luz sobre la cuestión.
El magnesio es indispensable para nosotros, los seres humanos. Los nervios y los músculos no son los únicos que necesitan este electrolito vital, sino que esta sustancia energética también es necesaria para nuestro metabolismo energético. Por lo tanto, el magnesio es un compañero de entrenamiento importante para las personas activas. No obstante, las personas bajo estrés también se benefician de un suministro adecuado de magnesio. Por último, este mineral antiestrés inhibe la liberación de hormonas del estrés y, además, atenúa el efecto de la adrenalina y la noradrenalina. El magnesio también juega un papel importante en huesos y dientes. Es el segundo mineral más abundante y favorece su estructura y estabilidad.
De hecho, no hay que subestimar el papel del magnesio en nuestro organismo. Como activador de más de 300 enzimas, el mineral está involucrado en innumerables procesos metabólicos e incluso en el sistema inmunológico, los iones de magnesio libres tienen voz y voto como sustancias mensajeras secundarias.
Recomendamos, de todo corazón, un buen suministro de magnesio. ¡En el sentido más literal de la palabra! El magnesio es beneficioso para la salud de nuestro sistema cardiovascular. El electrolito favorece el metabolismo del azúcar en la sangre y la insulina, así como la excitabilidad y el equilibrio energético de nuestro órgano cardiaco. Además, el mineral actúa como un leve bloqueador del calcio en las paredes de los vasos sanguíneos y, por lo tanto, ejerce un efecto sobre la presión arterial.
Entonces, si el magnesio desempeña un papel vascular activo desde un punto de vista fisiológico, ¿es el mineral realmente beneficioso para la presión arterial elevada? Esta pregunta se abordó en una revisión (metaanálisis) publicada en 2016. En este trabajo, se evaluaron los datos de 34 estudios. Se demostró que la suplementación de magnesio es útil para reducir de forma significativa la presión arterial sistólica y diastólica en adultos con la presión arterial normal y elevada. La reducción en la presión arterial también iba acompañada de un aumento de los niveles séricos de magnesio. Según estos resultados, el magnesio tiene un efecto beneficioso sobre la presión arterial, tanto de forma preventiva como en el caso de una presión arterial elevada preexistente.
También se puede obtener respaldo fisiológico nutricional de otras sustancias vitales bien conocidas. Por ejemplo, el potasio no solo es un compañero importante del magnesio en nuestro cuerpo, sino que, según los metaanálisis, el electrolito también tiene un efecto hipotensor. Entre los dones de la madre naturaleza también encontrará tesoros que alivian una presión arterial elevada. Entre ellos, se incluyen el comino negro, el té verde y el licopeno: mientras que el efecto de modulación de la presión arterial del comino negro se debe principalmente a los aceites que contiene, los estudios descubrieron que consumir té verde no solo relaja, sino que también es beneficioso para la presión arterial. En el caso del licopeno, la clave está en el color. Según los estudios, el tinte rojo de la planta mejora la función de los vasos sanguíneos y mantiene la presión arterial estable.
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