La cúrcuma da a las mezclas de curry su color amarillo luminoso, aunque también se utiliza como condimento y colorante, además de para preparar la “leche dorada”. En la India se la conoce tradicionalmente como "la hermana pequeña del jengibre", e incluso se venera como un ingrediente sagrado. Pero, ¿qué hay de la planta tradicional? ¿Y cuál es la mejor forma de tomarla? De todo eso hablaremos en nuestro retrato vegetal de hoy.
La cúrcuma o azafrán de la India (Curcuma longa) es una especie de jengibre conocida como hierba amarilla, raíz de azafrán o turmérico. Esta planta herbácea crece en climas cálidos y húmedos, puede alcanzar hasta un metro de altura y sus hojas con forma de escudo recuerdan un poco a las del banano. Pero lo que nos importa de verdad se encuentra bajo tierra. Al igual que el jengibre, la cúrcuma tiene unos tallos subterráneos que se conocen como rizomas, donde se almacena una gran cantidad de sustancias vegetales, incluidos los curcuminoides que aportan el color (hasta un 5 %) y un aceite esencial especial (hasta un 6 %) que se compone principalmente de zigiber, tumerona y curcumol. El rizoma de esta planta tiene yemas laterales que se utilizan sobre todo como suplemento nutricional, especia o colorante.
La cúrcuma no solo aporta sabor y color a nuestra dieta, sino que además tiene otras propiedades. Los aceites esenciales, las resinas, la curcumina y otros compuestos relacionados (curcuminoides) enriquecen nuestra dieta con una mezcla muy interesante de sustancias vegetales. Los curcuminoides que contienen no solo aportan al rizoma su color naranja, sino que además se han convertido en uno de los materiales naturales más estudiados por la ciencia en las últimas décadas.
La Curcuma longa no solo aporta sabor y color, sino que también tiene otros beneficios para nuestro cuerpo, ya que puede ayudar a nuestras defensas y a mantener una respuesta inmunitaria normal. Además, la Curcuma longa también puede contribuir al buen funcionamiento de los nervios y el hígado, así como facilitar la digestión de las grasas.
Las personas que deseen tomar la cúrcuma por sus efectos beneficiosos, y no como una especia, deben recurrir a preparados de alta calidad de proveedores de confianza. Lo ideal es que se haya comprobado la calidad y la exposición a contaminantes de estos productos, así como su contenido de curcumina/curcuminoides.
Cúrcuma en cápsulas, polvos, gotas y otros: es importante elegir bien. Si piensas tomar cúrcuma a largo plazo, es importante elegir preparados de alto valor en cápsulas de extracto de cúrcuma de las que se haya comprobado la calidad del producto y la ausencia de contaminantes. En el formato encapsulado, la dosificación es precisa.
Las preparaciones especiales de extractos de Curcuma longa solo deben utilizarse durante un breve periodo de tiempo, unos días o semanas. El extracto especial de Curcumin C3 Complex® utilizado por BIOGENA se ha clasificado como seguro hasta 1,755 g al día (= estatus GRAS).
La cúrcuma debe tomarse con las comidas, ya que la curcumina es liposoluble y se puede combinar estupendamente con las grasas.
La combinación con pimienta negra puede multiplicar la tasa de absorción de la curcumina. La pimienta contiene piperina, que actúa como una especie de potenciador de los efectos.
Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia no deben incluir suplementos alimenticios que contengan cúrcuma, ya que no existen datos científicos detallados al respecto.
La cúrcuma ayuda a las células nerviosas y a las funciones del sistema inmunitario y el hígado. Además, este producto natural amarillo facilita la digestión de las grasas.
