¿Sabía que, en promedio, las mujeres menstrúan durante siete años de sus vidas y pierden hasta 30 litros de sangre en el transcurso? Pese a que son unas cifras impresionantes, la mayoría de las mujeres todavía tienen la sensación de que durante esos días no debe notárseles nada. Sin embargo, no solo las propias mujeres, sino también el equilibrio de nutrientes femeninos debe compensar la pérdida de sangre mensual. Después de todo, con cada gota de sangre menstrual se pierden nutrientes, en especial, hierro.
Hierro y menstruación: por qué la mujer pierde hierro durante la menstruación
Desde la infancia hasta la vejez, las hormonas sexuales femeninas conforman el bienestar físico y mental de las mujeres. Con la llegada de la primera menstruación, las adolescentes experimentan una nueva faceta de ser mujeres. Al principio, las chicas suelen afrontarla con cierta incertidumbre y abrumadas, pero este evento mensual no tarda en convertirse en algo rutinario, ya que al primer sangrado le preceden muchos más. Cada mujer tiene la menstruación unas 500 veces en su vida, por lo que pierde unos 30 litros de sangre desde el primer periodo hasta la menopausia. Si el oligoelemento no se repone mediante alimentos o suplementos adicionales de hierro, el cuerpo va perdiéndolo gradualmente. Por lo tanto, las mujeres en edad fértil deben prestar especial atención a sus reservas de hierro. Esto también lo subrayan estudios que demuestran que las mujeres tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar una deficiencia de hierro o anemia ferropénica que los hombres.
Las mujeres y el hierro: necesidades generales y diarias
Las mujeres necesitan más hierro durante media vida. Por ejemplo, la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) recomienda que las mujeres en edad fértil consuman 15 mg de hierro al día, mientras que a los hombres se les recomiendan solo 10 mg. En situaciones especiales, las mujeres necesitan aún más: 30 mg al día durante el embarazo o 20 mg al día después del parto. Solo cuando la menstruación cesa, las necesidades de hierro de las mujeres se equiparan a las de los hombres.
Menstruación abundante y hierro
Un periodo abundante (hipermenorrea) no solo resta cierta ligereza a las mujeres durante esos días, sino que también conlleva una pérdida considerable de hierro. Si las compresas o tampones se empapan en menos de dos horas o las copas menstruales se llenan muy rápido, y la mujer incluso tiene que levantarse por la noche para cambiarse, esto puede ser un indicio de hipermenorrea. Durante un periodo abundante, coágulos de sangre gruesos suelen mezclarse con la sangre menstrual.
Además, una menstruación particularmente larga también aumenta notablemente las necesidades de hierro de la mujer. Un periodo que dura más de siete días se denomina menorragia en jerga médica. En la práctica, ambos depredadores de hierro (menorragia e hipermenorrea) suelen presentarse al mismo tiempo.
Periodo que disminuye el hierro: las señales de alarma de un vistazo
- Las compresas o tampones deben cambiarse regularmente después de 1-2 horas, o las copas menstruales deben vaciarse con más frecuencia de lo habitual
- El periodo dura más de 7 días
- La sangre menstrual contiene muchos coágulos gruesos
- Sensación de debilidad, fatiga y apatía durante “esos días”
Las mujeres que luchan contra una o más de estas situaciones causantes de déficit de hierro pierden más sangre durante la menstruación (probablemente, más de 80 ml por ciclo). Además de desagradable, un periodo menstrual abundante también somete las reservas de hierro a una prueba de resistencia (que, por cierto, no muchas mujeres pueden soportar). Dependiendo de la intensidad de la menstruación, puede haber una necesidad mayor o menos de hierro, que es difícil o imposible de cubrir únicamente con la dieta. Así que no es de extrañar que hasta el 70 % de las mujeres con hipermenorrea sufran carencia de hierro o anemia ferropénica.
Las facetas de la deficiencia de hierro:
- Sistema nervioso central: disminución del rendimiento, falta de fuerza y apatía, debilidad ante el estrés, problemas de concentración, dolores de cabeza, problemas de sueño, síndrome de piernas inquietas, estados de ánimo depresivos, hiperactividad y trastorno de atención en niñas y adolescentes
- Piel y vasos sanguíneos: deterioro del cabello y el crecimiento de las uñas, pérdida de cabello, piel pálida y seca, grietas en las comisuras de la boca, sensibilidad al frío
- Corazón y sistema respiratorio: dificultad para respirar, palpitaciones,fatiga, mareos, disnea
- Anemia
- Defensas: aumento de la vulnerabilidad a las infecciones
- Antojos inusuales (p. ej., cubitos de hielo, apio, cacahuetes, pero también tierra)
- Músculos: menor resistencia, debilidad muscular, fatiga, disminución del rendimiento
Sobre la deficiencia de hierro y la menstruación abundante: cuando la nutrición por sí sola ya no es suficiente
Las mujeres con sangrado menstrual abundante deben, por tanto, vigilar muy de cerca sus niveles de hierro y reabastecerse regularmente de este mineral. De lo contrario, tarde o temprano podrían decaer. Una vez que las reservas se han agotado, no se pueden reponer solo con la alimentación. En este caso, se necesitan preparados especiales de hierro, aunque se sabe que las sales de hierro disponibles en el mercado pueden provocar efectos secundarios como náuseas, estreñimiento o diarrea. Por lo tanto, especialmente en el caso del hierro, hay que centrarse no solo en la eficacia, sino en la tolerancia.
¿Se debe tomar hierro durante la menstruación?
Si bien las mujeres con buenas reservas de hierro no tienen que tomar este mineral durante el período menstrual, es aconsejable que sí lo tomen las mujeres con una menstruación abundante y/o que suelan tener bajos niveles de ferritina. Sin embargo, en estos casos, la ingesta de hierro por sí sola en los días de la menstruación no es suficiente, sino que debe continuarse de forma regular durante un periodo de tiempo prolongado, preferiblemente tras consultar con un profesional sanitario que compruebe de forma periódica los niveles de hierro en sangre.
Consejos para un aporte de hierro adecuado:
- Los extractos especiales de origen vegetal proporcionan hierro de enlaces complejos, el cual tiene buena disponibilidad para el organismo y, en particular, buena tolerancia por las mucosas.
- El hierro bivalente, como p. ej. el gluconato de hierro o el fumerato de hierro, se absorbe mejor en el organismo en combinación con la vitamina C.
- Por lo general, el hierro en dosis bajas no solo se tolera mejor: Un equipo de investigadores de la ETH de Zúrich también demostró que las cantidades más bajas de hierro se absorben de forma más eficiente que el hierro en dosis altas.
- Algunos aditivos pueden empeorar la absorción del hierro en el cuerpo e incluso afectarle de forma negativa. Por lo tanto, los compuestos deben seleccionarse lo más puros posible y, si es posible, sin aditivos.